Carlos Lehder revela detalles del cartel de Medellín, de cómo Escobar lo entregó y del financiamiento de campañas presidenciales

Por: Elizabeth Montoya

13 enero, 2024

El exnarcotraficante colombiano Carlos Lehder rompe su silencio de 30 años para narrar en un libro cómo fue su detención en Colombia y posterior extradición a Estados Unidos, donde fue condenado a décadas de prisión por narcotráfico.

Según relata Lehder, recibió una llamada de advertencia del sicario Pinina, hombre de confianza de Pablo Escobar, alertándolo de que la policía iría a capturarlo en dos horas. Esto sucedió en 1987, justo después de que la Corte Suprema de Colombia declarara inexequible la extradición.

“Cuando fui a responder, oí que Pinina colgaba. De inmediato empacamos todo lo importante, subimos a los dos jeeps y nos fuimos para la casa de Rionegro. Me pregunté cómo sabría ese nuevo número telefónico mío”, cuenta Lehder en el libro titulado “Vida y muerte del cartel de Medellín“, publicado por Penguin Random House y ya disponible en las librerías presidenciales.

Pese a la advertencia, Lehder fue capturado por la policía colombiana y llevado a una base militar estadounidense en Cuba, para luego ser trasladado a Florida donde enfrentó un juicio por narcotráfico. Allí fue sentenciado a 135 años de prisión y cadena perpetua.

Según narra Lehder, durante el proceso descubrió por error un documento secreto que revelaba que había sido Pablo Escobar quien lo entregó a las autoridades colombianas. “Aunque en el documento sí se veían varias líneas del texto tachadas con tinta de marcador negro, se alcanzaba a revelar que Pablo Escobar era la persona que había entregado a Carlos Lehder a la Policía de Medellín”, señala en el libro.

El exnarcotraficante asegura que cooperó con la justicia estadounidense en el juicio contra el expresidente panameño Manuel Noriega, lo que le permitió reducir su condena a 55 años. Cumplió 33 y quedó en libertad. Conocido como “El Alemán” y uno de los principales aliados de Pablo Escobar en el Cartel de Medellín, Lehder enviaba toneladas de droga a Estados Unidos en los años 80. Tras cumplir su condena, fue expulsado a Alemania en 2020.

“Persevera, supera tu cautiverio; persevera, humilde”, dice Lehder que fue la frase que lo ayudó a sobrellevar su encierro en Estados Unidos. Fueron 33 años en los que el mundo que él conocía cambió radicalmente: “Yo vine a conocer un teléfono cuando me monté a un avión expulsado de Washington”.

Lehder, ahora de 74 años y residente en Fráncfort, Alemania, rompe su silencio tres décadas después para contar su versión de los hechos que lo llevaron tras las rejas.

 

Su historial de narcotraficante inició a los 18 años

El exnarcotraficante narra en su nuevo libro cómo ingresó al mundo del narcotráfico desde los 18 años, cuando empezó a traficar cocaína entre Colombia y Estados Unidos.

Tras abandonar un internado en Nueva York a los 16 años, Lehder cuenta que empezó a robar autos en esa ciudad. “Estos primeros pasos en el crimen me condujeron también a la cárcel, donde no me rehabilité, sino que adquirí nuevos conocimientos para surgir en el mundo del delito”, afirma.

Al llegar a Colombia, Lehder relata que uno de sus primeros socios le habló del negocio de enviar cocaína a Miami. Pronto realizó viajes a La Paz (Bolivia) para traer cocaína por carretera a Colombia.

En una ocasión fue estafado en Estados Unidos cuando intentaba recoger un pago de un kilo de coca, pero perseveró en el negocio con nuevas rutas por Canadá y Bahamas.

Fue en este país caribeño donde Lehder consolidó su imperio de narcotráfico, comprando una isla privada y construyendo pistas de aterrizaje para sus avionetas cargadas de cocaína rumbo a Miami.

“Poco a poco, Lehder fue creciendo en el mundo del narcotráfico, al punto de convertirse hoy en el único capo vivo de ese grupo de extraditables que puede contar lo que sucedió en ese entonces”, resalta el libro.

 

Image

Financiamiento de campañas de Alfonso López Michelsen y Belisario Betancur

En otro impactante testimonio plasmado en el libro “Vida y muerte del cartel de Medellín” Carlos Lehder arroja luz sobre oscuros capítulos de la política colombiana en los años ochenta, explicando cómo el dinero del narcotráfico se entrelazó con las campañas de Alfonso López Michelsen y Belisario Betancur.

En el capítulo ‘Comienza la guerra,’ Lehder revela que durante la campaña presidencial de 1982, Alfonso López Michelsen recibió fondos de Pablo Escobar y otros seis narcotraficantes, como parte de una estrategia para evitar la temida extradición. Según Lehder, Escobar ya había corrompido a políticos en Antioquia que respaldaban a López Michelsen. En una reunión discreta en Medellín, López Michelsen expresó su posición sobre la extradición, asegurando que el tratado se mantendría bajo estudio.

En un giro sorprendente, Lehder también detalla la entrega de alrededor de 800,000 dólares de la época al candidato presidencial del Partido Liberal. Escobar, furioso tras la advertencia de extradición en la prensa, ordenó a Lehder convocar una rueda de prensa para desacreditar la situación. El Mexicano, otro narcotraficante, donó un millón de dólares al Partido Conservador.

Belisario Betancur ganó las elecciones presidenciales, y Lehder refleja la ingenuidad al creer que el tratado de extradición no se implementaría durante su gobierno. Además, Lehder comparte revelaciones sobre Pablo Escobar y Alfonso López Michelsen, donde Escobar alardea de su relación con el expresidente.

“Decía que se lo había ganado con una carta que le había enviado cuando perdió las elecciones y que López Michelsen le había mandado decir con el Santo (Diego Londoño White) que estaba muy agradecido, y que lo que más le había gustado era la despedida, cuando Pablo se ponía a sus órdenes. Lo recitaba como si fuera el catecismo, pues era su máximo logro en el ámbito político”, aseguró Lehder, revelando además que el político liberal Alberto Santofimio recibió cuantiosos recursos del narcotráfico.

El libro también aborda el crimen del exministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, lamenta la violencia de Escobar y reflexiona sobre las consecuencias de sus acciones. “Hoy en día, habiendo recorrido un importante trecho de mi propio camino espiritual, en el marco de la cristiandad, puedo decir con tranquilidad que rechazo y lamentaré siempre las acciones sanguinarias y bárbaras de Escobar, comenzando por el asesinato de Lara Bonilla”, afirmó.

En otro capítulo revelador, Lehder describe un encuentro con el máximo comandante de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, donde sellaron un acuerdo en torno al narcotráfico. Este acuerdo implicaba el pago del 10% de las ganancias al grupo guerrillero.

Este testimonio explosivo de Lehder arroja luz sobre la intersección de la política y el narcotráfico en Colombia durante una época tumultuosa, generando controversia y cuestionamientos sobre la integridad de figuras políticas destacadas. El libro promete desatar una tormenta política en el país en los próximos días. Ya algunas de sus revelaciones vienen generando “cotilleo” en las redes sociales.

 

Image

Sus apasionados romances y cómo una novia lo alejó de la cocaína

El exnarcotraficante colombiano también narra en su nuevo libro sus apasionados romances con varias mujeres, como Melody, Esperanza y Lulú, mientras coordinaba envíos de droga y vivía una vida de lujos y excentricidades.

Lehder, quien fuera socio de Pablo Escobar en el Cartel de Medellín, cuenta cómo conquistó en Nueva York a Melody, una mujer “con voz de reina” con quien inició un romance mientras se ocultaba en Estados Unidos. La relación terminó cuando Melody huyó a su ciudad natal al negarse a participar en el negocio del narcotráfico.

Otra de sus enamoradas fue Esperanza, una joven paisa a la que describe como “bellísima y dulce”. Tras un fugaz romance, ella enfermó de malaria durante su “luna de miel” en una de las propiedades de Lehder, por lo que tuvo que ser devuelta a su ciudad.

Pero una de sus relaciones más intensas fue con Lulú, de quien dice estaba pendiente de cada detalle. “Conocía toda mi ropa y zapatos, mis gustos y necesidades de vestimenta, todo lo tenía listo de antemano”, cuenta Lehder.

Sin embargo, la pasión se tornó en desilusión cuando descubrió que Lulú consumía bazuco a escondidas. “Su señora no tiene un amante, sino un vicio: fumar bazuco. Eso me lo dijo así, a secas. No sentí una patada en el estómago, sino una patada en el corazón”, cuenta.

“Mi amor por Lulú, mi orgullo de ser su hombre y de contar con ella para disfrutar juntos lo mejor posible, celebrando románticamente cada una de las espléndidas noches flotando en ardientes deleites y gozos corporales, todo eso se acabó para mí en ese instante. Lulú era una adicta, una viciosa, una enferma que creía que el bazuco le iba a curar sus apetitos mentales. Ella había descendido al fondo del abismo. Había caído en la destrucción de su hermosísimo cuerpo y la mente inocente que el Creador y sus padres le habían dado”, relata.

Por esta historia con Lulú, Carlos Lehder no consumía coca porque asegura que les tenía miedo a sus efectos porque él los vivió con ella. Es por ello que asegura que está en contra de la legalización de las drogas, con excepción de la marihuana, que sí fumaba.

Pese al poder y los lujos que se daba con el narcotráfico -incluso cuenta sobre su colección de armas y cómo le prestó uno de sus carros a Pablo Escobar cuando este fue elegido al Congreso-, Lehder reconoce que la cocaína causó estragos en la salud y la vida de muchas personas, incluyendo a aquellos cercanos a él.

“Ojalá que mis memorias sirvan para que las nuevas generaciones se enteren de primera mano de lo azaroso, traicionero y nocivo del camino del narcotráfico. En él existen dos garantías, con muy contadas excepciones: uno siempre terminará en la cárcel o en la funeraria”, dijo Lehder como advertencia para quienes coqueteen con este “negocio de la muerte”.