El Gobierno nacional continúa su batalla legislativa por sacar adelante la reforma tributaria. Una nueva iniciativa, que busca recaudar ahora 11.5 billones de pesos para equilibrar el presupuesto nacional, fue radicada este lunes con apenas 7 firmas de los 40 ponentes, evidenciando la profunda división política en torno al proyecto.

Según declaraciones de la representante Olga Lucía Velásquez, el próximo miércoles será crucial para determinar el futuro de esta ley de financiamiento. “Con una sola comisión que no vote positivo no pasa la ley”, advirtió la congresista.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ha intentado tender puentes y mantener abierta la discusión: “No se puede negar el Congreso discutir la ley de financiamiento. Tomen la decisión que consideren”.

El panorama se torna complejo. Partidos como el Liberal, Conservador, Cambio Radical y Centro Democrático ya han manifestado su intención de votar negativamente la propuesta.

Las consecuencias de un rechazo serían significativas. De no prosperar, el Gobierno se vería obligado a realizar un recorte de 12 billones de pesos al presupuesto de 2025, afectando potencialmente programas sociales e inversiones públicas.

La reforma fue presentada con un salvamento de voto de Jairo Castellanos, un ponente del movimiento del ministro Cristo, quien manifestó estar en desacuerdo con varios puntos del proyecto, que ya redujo su meta inicial de recaudo de 12 a 11.5 billones de pesos, buscando hacerla más viable políticamente.

El ministro Cristo ha sido enfático al mencionar que, aunque no se logre la totalidad del recaudo proyectado, cualquier avance contribuiría a equilibrar el presupuesto desfinanciado.

Principales características de la reforma:

1. Ajuste en la sobretasa del impuesto a la renta para sectores petrolero y minero
2. Modificación de la definición de activos fijos no productivos
3. Mantenimiento de la base gravable del impuesto al patrimonio
4. Eliminación del IVA para juegos de azar por aplicaciones