Cese al fuego en riesgo por persistente secuestro de cerca de 60 soldados por las disidencias
Por: Maria José Salcedo
12 agosto, 2024
El cese al fuego acordado entre el Gobierno de Gustavo Petro y el grupo armado Jorge Suárez Briceño, una facción de las disidencias de las FARC, se encuentra al borde del colapso tras el secuestro de un grupo de soldados en San José del Guaviare. El ministro de Defensa, Iván Velásquez, advirtió este domingo que la prórroga del cese al fuego, que se extiende hasta el 15 de octubre, podría ser suspendida si no se libera a los uniformados retenidos.
Los soldados, pertenecientes a la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, fueron secuestrados el viernes pasado en las veredas Chuapal y Bocas de Caño Cafra por personas que se identificaron como “miembros de guardias campesinas”. El secuestro, presuntamente bajo la influencia del grupo liderado por Alexis Guerra, alias “Chancharino”, y Alexander Díaz, alias “Calarcá”, sigue a una serie de amenazas y extorsiones que estos jefes disidentes impusieron en la región, obligando al cierre de negocios locales en el sur del Meta y San José del Guaviare durante la última semana de julio.
El sábado, 40 de los 98 soldados retenidos fueron liberados, y aunque se encuentran en buen estado de salud, según los primeros informes médicos, el destino de los demás sigue siendo incierto. Las autoridades han intensificado los esfuerzos para asegurar su liberación, mientras continúan las reuniones de seguridad en la zona.
Contexto
Alias “Calarcá” asumió el control de las disidencias en Caquetá tras la muerte de “Gentil Duarte” en 2022. Su liderazgo ha sido marcado por una estrategia ambigua, donde por un lado se mantiene en confrontación con la Fuerza Pública en algunos departamentos, y por otro, aparenta apostar por una salida negociada al conflicto. Sin embargo, sus acciones, que incluyen amenazas contra excombatientes del Acuerdo de Paz y operaciones ilegales en zonas estratégicas para el narcotráfico y la minería, contradicen este enfoque.
Este secuestro masivo, y la posible ruptura del cese al fuego, representa un serio revés para la estrategia de “paz total” del Gobierno de Petro, que ha enfrentado múltiples desafíos desde su implementación. Expertos en conflicto armado han criticado la reacción tardía del Gobierno ante la crisis actual, lo que podría agravar aún más la situación en el Meta y otras regiones afectadas por la violencia de grupos armados.
Implicaciones para la Paz en Colombia
La advertencia del ministro Velásquez sobre la suspensión del cese al fuego es un reflejo de las tensiones crecientes entre el Gobierno y los grupos armados que aún operan en el país. Si se confirma el fin del cese al fuego con el bloque Jorge Suárez Briceño, sería otro golpe a los esfuerzos de paz en Colombia, aumentando el riesgo de que la violencia y las violaciones a los derechos humanos se intensifiquen en las zonas más vulnerables.
Mientras tanto, los excombatientes que aún siguen comprometidos con el proceso de paz se encuentran bajo una amenaza constante, especialmente en regiones como Caquetá, donde las disidencias han declarado zonas de conflicto, poniendo en peligro a aquellos que intentan reintegrarse a la vida civil.
El desarrollo de esta crisis será crucial para determinar el futuro del proceso de paz en Colombia y la capacidad del Gobierno de Petro para manejar las complejidades de un conflicto que, a pesar de los acuerdos, sigue cobrando vidas y generando incertidumbre en el país.