La crisis en el sector salud tiene de nuevo en el centro del debate las millonarias deudas acumuladas por las EPS. Según el Ministerio de Salud y Supersalud, las deudas de las 27 EPS activas alcanzan $16,6 billones. Las entidades con más afiliados son a su vez las mayores deudoras.

Nueva EPS, con 10 millones de afiliados, es la que más debe: $3,4 billones. Le sigue Sanitas, segunda con más usuarios y tercera más morosa, con una deuda de $400.000 millones y 5,8 millones de afiliados.

En el segundo lugar está Salud Total, que adeuda $2,3 billones y tiene 4,7 millones de usuarios. Luego se ubica Sura, con $2,1 billones en mora y 5,1 millones de afiliados.

Compensar ocupa el quinto lugar, con 2,8 millones de afiliados y operaciones concentradas en las principales ciudades del país.

La territorialización que plantea la reforma a la salud busca que las EPS concentren operaciones donde tienen más afiliados, en lugar de dispersión. Esto podría ayudar a optimizar recursos y servicios.

El panorama evidencia que las EPS más grandes en número de usuarios son las que acumulan las mayores deudas. Una situación que ahoga a proveedores y afecta a los usuarios del sistema de salud.

¿Dónde está el origen del déficit?

La morosidad de las EPS con deudas billonarias tiene su origen principalmente en los recobros por medicamentos y tratamientos no incluidos en el Plan de Beneficios (NO PBS) que no están alcanzando a ser cubiertos con los recursos que les transfiere el Gobierno.

Según expertos, el principal motivo de la abultada cartera vencida de las EPS son los recobros por tecnologías y medicamentos NO PBS, que tienen un crecimiento desbordado. Mientras en 2013 representaban el 25% del gasto, en 2022 ya eran el 40%.

Pero las EPS aseguran que los recursos que les gira el Gobierno son insuficientes para cubrir estos crecientes recobros NO PBS. La diferencia entre lo que se necesita y lo que se transfiere se acumula en deudas que llegan a billones.

Los analistas advierten que el problema de fondo es la inadecuada regulación y control de los recobros de NO PBS, que están colapsando financieramente a las EPS. También influyen deficiencias administrativas de las propias EPS.

Mientras no haya reformas que racionalicen el gasto en NO PBS y mejoren su regulación y control, las EPS seguirán ahondando la crisis de deudas que hoy tiene al sistema al borde del colapso. Se requieren cambios integrales para enfrentar esta situación crítica.