Uno de los lugares más emblemáticos para los viajeros entre Bogotá y Girardot es la conocida ‘Nariz del Diablo’, una enorme formación rocosa con aspecto de nariz que sobresale junto a la carretera. Pero detrás de este popular monumento natural se esconde una escalofriante historia.

La peculiar roca surgió en los años 40, cuando ingenieros intentaban construir la vía abriendo paso en la montaña. Sin embargo, hubo una parte que nunca pudo ser demolida a pesar de múltiples intentos, por razones que aún permanecen inexplicables. Ante la imposibilidad de destruirla, decidieron dejar la particular formación y construir la carretera por debajo.

Desde entonces la zona se volvió escenario de extraños sucesos. Se han reportado numerosos accidentes en la curva donde se ubica la ‘Nariz del Diablo’, incluso fenómenos paranormales como apariciones y situaciones escalofriantes relatadas por viajeros.

Una de las leyendas más arraigadas habla de un pacto con el diablo en ese lugar. Según cuentan, en noches de luna llena la roca se tornaría de color rojo y el espíritu del diablo se manifestaría para tentar a los incautos que se aventuren a estar cerca.

Sea mito o realidad, lo cierto es que la ‘Nariz del Diablo’ se ha convertido en todo un ícono del folclor nacional, atravesando generaciones con su mística historia llena de sucesos inexplicables. Aunque muchos la conocen hoy como un punto turístico, pocos están al tanto de la escalofriante leyenda que se esconde tras esta formación rocosa única, convirtiéndola en parte fundamental del imaginario colectivo de los colombianos.