El fentanilo ya se consume en Colombia y genera alarma entre las autoridades
Por: becquerel
12 julio, 2023
El fentanilo ya se consume en Colombia, así lo reveló el ministro de Justicia, Néstor Osuna, quién indicó que esta droga sintética que tiene en alerta a los Estados Unidos ya le está quitando espacio a la cocaína.
Osuna dijo que Colombia ya cuenta con consumidores de fentanilo, un opioide que fue desarrollado en los años setenta como una alternativa más potente y eficaz a la morfina y que ha generado una crisis de salud pública en los Estados Unidos al pasar a la venta en las calles.
La fundación Échele Cabeza, fundada por Julián Quintero agregó que en Colombia no existe consumo de la réplica estadounidense del fentanilo, pero sí hay consumo del que se usa en anestesia y cuidados paliativos.
“En las calles no hay consumo de manera masiva del fentanilo, no tenemos ese problema. Lo que sí tenemos es el medicamento intrahospitalario que se usa en anestesia, analgesia y para cuidados paliativos, que lleva 30 años usándose”, apuntó Julián Quintero.
Durante el mes de junio, diversos operativos en las calles de la ciudad de Bogotá destinados a la confiscación de drogas, permitieron la incautación de 220 ampolletas de fentanilo en las localidades de Engativá y Kennedy.
Aunque en principio se creyó que era fentanilo como el que circula en EEUU, luego se comprobó que era de legal comercialización, lo que genera preocupación en las autoridades, pues bandas estarían adquiriendo esta sustancia para mezclarla con fármacos para tratar la epilepsia o aplicar la eutanasia en caballos y convertirla en una potente droga.
Las autoridades tienen indicios de que organizaciones como ‘Los Paisas’, ‘Los Piscianos’ y ‘El tren de Aragua’ tendrían laboratorios en los que realizarían la mezcla de estas sustancias para ser distribuidas en bares y discotecas, y que se estaría haciendo pasar como ‘tusibi’ o cocaína rosada.
La producción de fentanilo no solo genera temor ante una emergencia, sino que recrudece la guerra entra las bandas dedicadas a su producción y comercialización por el control del mercado, razón que ha disparado los homicidios en ciudades como Bogotá.