Después de seis años de haber nacido y ser intercambiadas en el hospital, dos niñas finalmente regresaron a sus hogares biológicos en Chimichagua, departamento de Cesar, y Palmar de Varela, en el departamento de Atlántico.

La historia comenzó cuando José Gregorio Hernández, el padre de una de las niñas, sospechó que la pequeña que estaba criando no tenía sus genes. La piel de la niña era más blanca que la de su familia y sus facciones no se parecían a las de sus otras tres hermanas. Después de una prueba de ADN, que resultó en una incompatibilidad del 99%, Gregorio confrontó a su pareja y descubrió que la niña que estaban criando no era su hija biológica.

Con el fin de descubrir qué había sucedido, la pareja presentó un derecho de petición al Hospital Niño Jesús de Barranquilla, donde la niña había nacido en marzo de 2016. Gregorio investigó y descubrió que siete bebés habían nacido ese día: dos niños y cinco niñas. La niña de Gregorio había nacido entre las 2 y las 4 de la tarde, por lo que se dio cuenta de que otra de las niñas probablemente era su hija biológica. Después de encontrar su foto en Facebook, se comunicó con la madre y se realizó una prueba de ADN, confirmando que la niña era su hija biológica.

El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar determinó que ambas niñas debían regresar a sus hogares biológicos. Sin embargo, la situación no ha sido fácil para ambas familias, ya que las madres se habían encariñado con las niñas. Gregorio ha estado ayudando a ambas niñas, a la primera porque la registró legalmente y a la segunda porque es su hija biológica. La niña que vive cerca de él lo llama “papá”, mientras que la otra está asimilando el hecho de que él es su padre.

Finalmente, después de una orden judicial expedida por una comisaría de familia, las niñas fueron ubicadas con sus familias biológicas en la mañana del 28 de febrero de 2023. A pesar de la dolorosa despedida, ambas familias están contentas de que las niñas estén con sus padres biológicos.