La Fiscalía y la DIJIN de la Policía confirmaron que un ‘clan familiar’ sería responsable de reclutar jóvenes en Manizales, con falsas expectativas de trabajo para finalmente obligarlas a la prostitución en Chile.

Según las investigaciones, esta red ubicaba a las víctimas en sectores marginales de la ciudad y al parecer, tramitaban sus pasaportes y les proporcionaban los pasajes para trasladarlas de Pereira a Bogotá.

Una vez llegaban a dicho país, les cobraban los gastos del traslado y manutención, recursos que debían ser pagados a cambio de pretensiones sexuales. La investigación cuenta con 350 audios que permitieron detectar el entramado criminal.

Según los organismos investigativos, fueron reconocidas 27 víctimas, cuatro de ellas entregaron sus testimonios e indicaron que permanecieron encerradas en inmuebles, hacinadas en una pequeña habitación en medio de precarias condiciones de salubridad que atentaban contra su dignidad personal.

El núcleo familiar que lideraba dicha red estaba conformado por padre, madre y tres hijos, les fueron imputados los delitos de tortura, trata de personas y lavado de activos. Dentro de los capturados también está una pareja de esposos a quienes se les acusó a su vez del delito de concierto para delinquir