La región del Catatumbo, en Norte de Santander, enfrenta una grave crisis humanitaria marcada por enfrentamientos entre grupos armados ilegales, desplazamientos masivos y el reclutamiento de menores. Según el más reciente informe de la Defensoría del Pueblo, se confirma un panorama alarmante en el que los derechos fundamentales de la población civil están siendo vulnerados de manera sistemática.

El reporte de la Defensoría indica que, de las 112 personas que se han desvinculado de los grupos armados, 20 son adolescentes recuperados o desmovilizados con el apoyo de organizaciones sociales. La mayoría de estos menores pertenecían al Frente 33 de las disidencias de las FARC, mientras que otros eran integrantes del ELN, ambos grupos que protagonizan los violentos enfrentamientos en la región.

El reclutamiento de menores es una violación flagrante al DIH y pone de manifiesto la desprotección en la que se encuentran los niños y adolescentes en esta zona. La Defensoría exige que los grupos armados cesen inmediatamente estas prácticas y garanticen la desvinculación de todos los menores bajo su control.

El impacto de los enfrentamientos también se refleja en el desplazamiento masivo de la población. Según cifras actualizadas del Puesto de Mando Unificado (PMU) de la Gobernación de Norte de Santander, más de 47.000 personas han sido desplazadas y 23.757 están confinadas, siendo Tibú el municipio más afectado.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) también alerta sobre esta crisis, destacando que 12.520 personas se encuentran en confinamiento debido a la violencia.

Además, los enfrentamientos han dejado entre 60 y 80 muertos, de los cuales solo 41 cuerpos han podido ser recuperados debido a las difíciles condiciones de acceso en las zonas rurales. Esta situación evidencia el irrespeto generalizado por las normas humanitarias y la falta de presencia estatal en los territorios.

Preocupación internacional: el Papa Francisco se pronunció

El Papa Francisco expresó su preocupación por la situación en el Catatumbo durante el rezo del Ángelus en el Vaticano. “Sigo con preocupación la situación de Colombia, en particular en Catatumbo, donde los enfrentamientos entre grupos armados han causado muchas víctimas y más de 30.000 desplazados. A ellos les expreso mi cercanía y rezo”, afirmó.

La Defensoría del Pueblo y las organizaciones internacionales han reiterado la necesidad de un cese inmediato de hostilidades en el Catatumbo. También hacen un llamado al Gobierno Nacional para que implemente medidas efectivas que protejan a la población civil, fortalezcan la presencia estatal y garanticen el acceso humanitario a las comunidades afectadas.