Pandemia del Covid-19 redujo en casi dos años la esperanza de vida, según informe de la OMS
Por: Maria José Salcedo
17 mayo, 2025

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe que evidencia las profundas repercusiones sanitarias ocasionadas por la pandemia de Covid-19, destacando una reducción de 1,8 años en la esperanza de vida mundial entre 2019 y 2022. Este retroceso ha significado una desaceleración significativa en los avances globales en materia de salud.
El estudio también señala un aumento en los niveles de ansiedad y depresión, lo que ha provocado una disminución de seis semanas en la esperanza de vida saludable a nivel mundial. Según la OMS, esta situación ha anulado gran parte del progreso logrado en la reducción de la mortalidad por enfermedades no transmisibles, como las cardíacas, diabetes y cáncer.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, resaltó que detrás de estas cifras hay vidas humanas afectadas, incluyendo niños que no alcanzaron los cinco años y madres que fallecieron durante el parto. Ghebreyesus calificó estas pérdidas como tragedias evitables que reflejan deficiencias en el acceso a servicios de salud y la inversión, especialmente para mujeres y niñas. Ante esta realidad, hizo un llamado a los gobiernos para actuar con urgencia, compromiso y rendición de cuentas.
El informe destaca además que el progreso hacia la cobertura sanitaria universal sigue siendo desigual. La meta, establecida en el plan 2019-2025, busca beneficiar a 3.000 millones de personas adicionales en términos de acceso a servicios de salud, protección frente a emergencias y mejora del bienestar general. Para finales de 2024, hasta 1.400 millones de personas han mejorado su calidad de vida gracias a factores como la reducción del consumo de tabaco, mejor calidad del aire y acceso a agua, higiene y saneamiento.
Sin embargo, la expansión en la cobertura de servicios esenciales de salud ha sido lenta, con solo 431 millones de personas más accediendo a estos servicios sin enfrentar dificultades económicas. En cuanto a la protección frente a emergencias sanitarias, alrededor de 637 millones de personas adicionales cuentan con mayor resguardo, aunque persisten desafíos importantes.
El informe alerta sobre el lento avance en la reducción de muertes maternas e infantiles, vinculado a la falta de inversión en atención primaria, escasez de personal sanitario capacitado y deficiencias en inmunización y parto seguro. Si estas brechas no se corrigen, la OMS advierte que para 2030 podrían perderse la vida de 700.000 madres y ocho millones de niños menores de cinco años que podrían haberse salvado.
Entre las enfermedades no transmisibles, se observa un incremento en las muertes prematuras, atribuidas en parte al envejecimiento poblacional. A pesar de ello, el consumo global de tabaco y alcohol ha disminuido, y la contaminación atmosférica continúa siendo una de las principales causas prevenibles de muerte, con más de 6,7 millones de fallecimientos en 2022.
El informe también señala avances en la reducción de la incidencia del VIH, tuberculosis y enfermedades tropicales desatendidas, aunque alerta sobre el resurgimiento de la malaria y los retos que representan las resistencias a los antimicrobianos. Además, la vacunación infantil aún no se ha recuperado totalmente tras la pandemia, y varios países enfrentan rezagos en la lucha contra riesgos sanitarios como la desnutrición y condiciones de vida inseguras.
La OMS enfatiza que las interrupciones recientes en la financiación internacional dificultan la protección de los logros en salud, sobre todo en regiones con mayores necesidades médicas. Para 2030, se estima un déficit global de 11,1 millones de profesionales sanitarios, concentrado principalmente en África y el Mediterráneo Oriental.
Finalmente, la OMS refuerza la importancia de sistemas de información sanitaria sólidos y fiables para la toma de decisiones efectivas. A través de la estrategia SCORE y el Centro Mundial de Datos de Salud, la organización busca apoyar a los países en la estandarización y optimización del uso de datos sanitarios para mejorar resultados a nivel global.
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