En un giro dramático de los acontecimientos en Oriente Medio, Irán lanzó este martes 1 de octubre un ataque con misiles contra territorio israelí. La acción marca una escalada significativa en las tensiones regionales, que ya se encontraban en un punto crítico tras la reciente decisión de Israel de iniciar una invasión terrestre en el sur del Líbano.

La Guardia Revolucionaria iraní confirmó el lanzamiento de “decenas de misiles balísticos” contra lo que denominaron “objetivos en el corazón de los territorios ocupados”. Este ataque se presenta como una represalia por los recientes asesinatos de figuras clave en la región, incluyendo al líder de Hamás, Ismail Haniyeh, al jefe de Hizbulá, Hasán Nasrala, y a un general iraní.

La respuesta internacional no se hizo esperar. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó a las Fuerzas Armadas estadounidenses intervenir para derribar los misiles iraníes dirigidos a Israel. La Casa Blanca informó que Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se encuentran monitoreando la situación desde la sala de crisis, recibiendo actualizaciones en tiempo real.

El impacto del ataque se extendió más allá de las fronteras israelíes. Jordania, Líbano e Irak tomaron la decisión de cerrar temporalmente su espacio aéreo como medida preventiva. Esta acción refleja la preocupación por la seguridad en la región y el potencial de una escalada más amplia del conflicto.

En paralelo a estos eventos, los hutíes en Yemen afirmaron haber realizado ataques contra buques en el mar Rojo, el mar Arábigo y el océano Índico, incluyendo un petrolero británico. Estos ataques representan una amenaza adicional para las rutas marítimas vitales en la región.

Los mercados financieros reaccionaron rápidamente a la noticia. Los principales índices bursátiles de Europa y Estados Unidos experimentaron caídas, mientras que los precios del petróleo y de activos considerados refugios seguros, como el oro y los bonos de países estables, registraron aumentos.

La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, temiendo una posible expansión del conflicto en una región ya de por sí volátil. La situación sigue siendo fluida, con la posibilidad de nuevas acciones y reacciones por parte de los actores involucrados.

Con información de wradio y efe