Una aeronave venezolana con matrícula YV3226 aterrizó inesperadamente en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza de Cúcuta, Colombia, generando inicialmente confusión sobre su estatus operacional. Tras una investigación de las autoridades colombianas, se reveló que el aterrizaje fue producto de una emergencia y no de un ingreso no autorizado al espacio aéreo del país.

La Aeronáutica Civil de Colombia confirmó que la aeronave contaba con la debida autorización para operar en el territorio nacional, de acuerdo con el Convenio de Chicago y los Reglamentos Aeronáuticos vigentes. El presidente Gustavo Petro compartió esta información, despejando las dudas iniciales sobre la legalidad del vuelo.

Entre los cinco ocupantes de la aeronave se identificaron dos militares activos venezolanos: Danyer Luis Pirela Chorizo y Erick José Ruiz González, quienes portaban armas de fuego. Completaban la tripulación el piloto Walmberg José Barrios Gómez, el copiloto Javier Alejandro Sánchez Ortíz y el auxiliar de vuelo Anderson José Aguilar Blanco.

La Embajada de Venezuela en Colombia explicó que el vuelo tenía como destino original San Antonio de Táchira, Venezuela, pero debido a condiciones meteorológicas adversas, se vieron obligados a buscar un aterrizaje alternativo. Esta situación justificó la ausencia de pasaportes entre los pasajeros, ya que originalmente se trataba de un vuelo nacional.

Tras cinco horas de interrogatorio por parte de las autoridades colombianas, que llegaron en un vuelo especial a Cúcuta, se autorizó el despegue de la aeronave para continuar su viaje hacia Venezuela. La Aeronáutica Civil colombiana señaló que, según el Convenio de Chicago, las aeronaves en situaciones de emergencia pueden permanecer hasta 48 horas en territorio extranjero y recibir la asistencia necesaria.