La cifra de migrantes que cruzan la selva del Darién, la frontera entre Panamá y Colombia, sigue en aumento. En lo que va de 2024, más de 186.000 personas han atravesado esta ruta peligrosa en busca de mejores condiciones de vida en Norteamérica.

De acuerdo con cifras del Servicio Nacional de Migración de Panamá, la mayoría de los migrantes son venezolanos, con un total de 122.616 personas. Le siguen ecuatorianos, colombianos, chinos, haitianos, indios y cubanos, entre otros.

La situación en la selva del Darién es crítica. Los migrantes enfrentan peligros como la violencia, la explotación y la muerte. Denuncias de violaciones, robos y asesinatos contra los migrantes, incluidas mujeres y niñas, han sido reportadas por organizaciones como Médicos Sin Fronteras.

El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, ha prometido repatriar a los migrantes que lleguen al país a través de la jungla, con ayuda internacional y respetando los derechos humanos. Sin embargo, la tarea no será fácil. Las autoridades panameñas han señalado al Clan del Golfo, la principal banda criminal de Colombia, como el responsable de organizar el flujo migratorio.

Estados Unidos ha anunciado recompensas por ocho millones de dólares por información que conduzca a atrapar a involucrados en el tráfico de migrantes del Clan del Golfo en la selva del Darién. La ruta del Darién es considerada uno de los cruces más peligrosos del planeta.

A pesar de los peligros, los migrantes siguen llegando a Panamá. En junio, 16.955 personas han arribado al país, de las cuales 13.555 son adultos y 3.400 son menores de edad. La cifra de migrantes en tránsito en lo que va de este año es similar a la del cierre del mes de junio de 2023.

Organismos internacionales como Unicef esperan la llegada de 800.000 viajeros irregulares en lo que resta del año. La situación es crítica y requiere la cooperación internacional para encontrar soluciones para los migrantes.