Luego de casi seis meses de intensas discusiones, la Cámara de Representantes aprobó el pasado martes el proyecto de ley de reforma a la salud impulsado por el Gobierno de Gustavo Petro.

La iniciativa, que sufrió recortes al eliminarse 10 artículos, quedó en definitiva con 133 artículos y obtuvo varias victorias para el Ejecutivo como la eliminación del rol de las EPS en los pagos a hospitales y clínicas.

Sin embargo, el presidente Petro no logró facultades extraordinarias para capitalizar a la Nueva EPS ni que gobernadores y alcaldes nombraran gerentes de hospitales públicos.

Entre los puntos clave que sí se aprobaron está la transformación de las EPS en Gestoras de Salud y Vida con un plazo de dos años, y la creación de los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS) que serían la puerta de entrada al sistema.

Los cambios más sustanciales que se avecinan

La reforma a la salud aprobada en Cámara incluye la polémica transformación de las EPS en Gestoras de Salud y Vida, quitándoles el rol de pagadoras intermediarias.

Según el Gobierno, las nuevas gestoras ya no serán intermediarias de recursos pues esa labor quedará en manos de la Administradora de Recursos del Sistema (ADRES) como pagador único.

La ADRES no auditará servicios ni cuentas. Eso lo harán las Gestoras de Salud y Vida que se encargarán de articular servicios, medicamentos, mejorar afiliaciones y hacer remisiones desde los Centros de Atención Primaria en Salud (CAPS).

No obstante, críticos como el expresidente Álvaro Uribe señalan que pasarán de asumir el riesgo como aseguradoras a ser “lobistas” que recibirán una comisión fija sin riesgos.

El gremio de EPS advierte que se fragmentarán las responsabilidades entre diversos actores, perdiéndose la gestión integral del sistema que realizan actualmente estas empresas.

No obstante, el articulado pasará ahora a discusión en el Senado, última estación antes de convertirse en ley. Pero seguramente también enfrentará demandas ante la Corte Constitucional.