Revelan informe sobre presunta crisis financiera al interior de la Fuerza Pública
Por: Maria Jose Salcedo
12 julio, 2025

El Ejército, la Policía, la Armada, la Fuerza Aeroespacial y el Comando General de las Fuerzas Militares atraviesan una profunda crisis económica que amenaza su operatividad y la capacidad del Estado para hacer frente a las amenazas criminales. Así lo reveló una investigación de la revista Semana, basada en derechos de petición, entrevistas a altos mandos y análisis de cifras oficiales, que muestra el rezago presupuestal y operativo de las fuerzas armadas colombianas en 2025.
A pesar de que el Gobierno nacional destinó 33 billones de pesos para el sector defensa, las necesidades reales de las instituciones superaban ampliamente esa cifra. El Ejército, por ejemplo, solicitó 22 billones y recibió solo 12, mientras que la Policía pidió 23 billones y le fueron asignados 14. La Armada esperaba 4,6 billones y solo le llegaron 3, y la Fuerza Aeroespacial recibió 2,6 billones, una cifra inferior a la del año anterior.
Además, cerca de 921.000 millones de pesos del presupuesto están congelados por la crisis fiscal que enfrenta el Estado, lo que ha obligado a aplazar proyectos clave como la adquisición de equipos, la construcción de infraestructura y el fortalecimiento de capacidades humanas y tecnológicas.
El déficit presupuestal ha generado recortes en zonas estratégicas del país. El Ejército redujo en un 43 % los recursos de divisiones ubicadas en departamentos como Antioquia, Caquetá, Meta, Amazonas y Tolima, donde se concentran disidencias de las FARC, el ELN y el Clan del Golfo. En Antioquia, la Cuarta Brigada recibió solo 32 millones de pesos para atender 91 municipios. En el Caquetá, la Brigada Contra el Narcotráfico obtuvo 57 millones, a pesar de estar en una zona clave de producción de cocaína.
Los efectos se sienten en la operatividad: tropas que deben trasladarse por tierra por falta de aeronaves, mantenimiento aplazado, equipos obsoletos, y uniformados que deben costear de su propio bolsillo patrullajes, inteligencia y recompensas. Incluso se han documentado casos de municiones vencidas que permanecen almacenadas o han sido utilizadas en operaciones, poniendo en riesgo a los mismos soldados.
La Policía Nacional también enfrenta recortes drásticos. Su presupuesto cayó un 33 % en Bogotá y un 47 % en Cali, a pesar del aumento de la criminalidad. Las unidades de inteligencia y antinarcóticos operan con recursos mínimos. En algunos departamentos, los policías hacen colectas para reparar vehículos o comprar suministros básicos.
En cuanto a la Armada y la Fuerza Aeroespacial, la situación es similar: equipos deteriorados, falta de combustible y recortes en dependencias estratégicas como operaciones navales, inteligencia y logística. La modernización de las flotas permanece estancada.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, reconoció que el desfinanciamiento es resultado de la falta de aprobación de nuevas fuentes de ingresos y que afecta directamente el accionar de las fuerzas. Mientras tanto, la criminalidad se fortalece, y los grupos armados ilegales avanzan en su expansión territorial.
Las Fuerzas Militares enfrentan hoy un reto mayúsculo: operar bajo serias limitaciones mientras protegen al país del crecimiento del narcotráfico, las economías ilegales y los ataques contra la institucionalidad. Sin un ajuste presupuestal urgente, la seguridad nacional corre un riesgo evidente.
“Informe lastimero y mentiroso”
El presidente Gustavo Petro rechazó el informe publicado por la revista Semana sobre la supuesta crisis financiera en las Fuerzas Militares de Colombia.
A través de un comunicado, calificó el artículo como un “desinforme lastimero” y aseguró que su contenido es “simplemente mentiroso”. Defendió el compromiso de su gobierno con los uniformados, afirmando que el Estado tiene la responsabilidad de protegerlos, nutrir su cuerpo y alma, y garantizar que ningún soldado esté desnutrido, sin educación o mal remunerado. En ese sentido, reiteró que ha cumplido su promesa de igualar la bonificación del soldado regular a la de un trabajador asalariado.
Petro enfatizó que su administración no ve al soldado como un esclavo, sino como un ciudadano libre al servicio del pueblo, y destacó que su liderazgo se basa en el amor por la patria y la juventud que integra la fuerza pública.
Además, expresó su voluntad de modernizar el armamento de las instituciones militares para que se conviertan en una verdadera expresión del poder del pueblo colombiano. Según el mandatario, los desafíos económicos se enfrentan con moral y voluntad, reiterando que su prioridad es dignificar la labor de los hombres y mujeres que integran las fuerzas armadas del país.
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