El Gobierno del presidente Gustavo Petro se encuentra en medio de una polémica debido a las constantes fallas en su esquema de comunicación, lo cual ha generado preocupación y críticas por parte de la opinión pública.

Uno de los principales problemas ha sido la emisión de comunicaciones sin una adecuada confirmación previa, encabezadas por el propio mandatario. El más reciente ejemplo de esta situación se dio cuando el presidente anunció a través de su cuenta de Twitter la supuesta aparición con vida de los cuatro menores desaparecidos en el accidente de una aeronave en el Guaviare.

Sin embargo, se descubrió que hubo un grave error en la verificación de la información antes de su difusión. Aunque el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) había informado internamente sobre fuentes que confirmaban la aparición con vida de los menores, el presidente Petro no corroboró esta información con las Fuerzas Militares presentes en la zona de búsqueda. Finalmente, después del revuelo público y la falta de confirmación, el presidente se vio obligado a eliminar el polémico “tweet” y explicar que la información proporcionada por el ICBF no había sido verificada.

Además de estos errores en la difusión de información, el Gobierno ha enfrentado dificultades para contar con un portavoz efectivo que explique de manera clara y coherente las acciones y decisiones del ejecutivo. El exministro del Interior, Alfonso Prada, desempeñaba este rol con acierto, pero desde su salida del cargo, el actual ministro Luis Fernando Velasco no ha logrado cumplir esta función de manera satisfactoria.

Incluso la jefe de Gabinete, Laura Sarabia, ha reconocido la falta de reconocimiento y efectividad de Velasco como portavoz del Gobierno. En una entrevista con El Tiempo, Sarabia señaló que han estudiado modelos como el estadounidense, donde el jefe de prensa es el encargado de entregar la información oficial, debido a las deficiencias en el actual esquema de comunicación.

¿Cuáles son las consecuencias de una mala comunicación?

Una las consecuencias en las fallas de comunicación es la dependencia que el presidente ha venido haciendo al Gobierno y a los medios respecto a su cuenta de Twitter.

“La falta de credibilidad y la evidencia de que el presidente está más pendiente de generar hechos de opinión, que de gobernar. Eso pone en jaque a los Ministerios y a todas las entidades del Gobierno porque todas están a la saga de lo que diga el presidente en Twitter y no de estar pendientes de desarrollar su labor”, explicó el analista político y consultor Carlos Andrés Arias.

“Los medios de comunicación quedan en transe porque lamentablemente están a la saga de lo que diga el presidente y también no están verificando lo que él dice. El presidente todos los días crea la agenda de los medios” apuntó.

Arias también afirmó que debe haber una articulación y responsabilidad por parte del presidente y las entidades en la entrega de información, esto por medio de protocolos que reflejen lo que el presidente quiera destacar de su Gobierno.

“El mismo presidente debería entender que la comunicación de un Gobierno no puede ser la sola comunicación y el mensaje de un presidente, para eso hay entidades, Ministerios, debe diseñarse una estrategia de comunicación. El presidente debe dejar que sean las entidades las que se encarguen de emitir la información urgente”, explicó Arias.

En tanto el analista Pedro Viveros afirmó que, si el Gobierno no define un eje central en su Gobierno, a la larga este no será identificado con un tema o hecho concretos de su gestión.

“Un Gobierno incompetente, termina la gente percibiendo por la cantidad de anuncios, al no saber cuál es el centro de gravedad, que es un Gobierno que no tiene capacidad de lograr lo que promete con los hechos”, concluyó Viveros.