La revelación sobre un supuesto plan del excanciller Álvaro Leyva para buscar respaldo en sectores republicanos de Estados Unidos con el objetivo de forzar la salida del presidente Gustavo Petro desató este domingo una oleada de críticas de figuras políticas de distintos sectores, que calificaron el hecho como un ataque directo a la democracia.

La denuncia fue publicada por el diario español El País, que aseguró que Leyva, quien fue el primer ministro de Relaciones Exteriores de Petro, se reunió hace dos meses en Estados Unidos con el congresista republicano Mario Díaz-Balart. Según el medio, el excanciller habría intentado entablar contactos con el secretario de Estado, Marco Rubio, con la intención de ejercer presión internacional sobre Petro y facilitar el ascenso de la vicepresidenta Francia Márquez a la Presidencia.

La ministra de Relaciones Exteriores, Laura Sarabia, fue una de las primeras en reaccionar. En un mensaje difundido en su cuenta de X, antes Twitter, calificó las supuestas maniobras como un “atentado contra la democracia misma”. “Ruin y miserable. No encuentro mejores palabras para describir a Álvaro Leyva. La ambición desmedida por el poder lo llevó a conspirar contra nuestra institucionalidad”, señaló Sarabia.

El ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, también se pronunció con contundencia: “Las conductas del excanciller son de suma gravedad, son delitos contra la democracia y constituyen traición a la patria”. Agregó que “en estos episodios ha quedado desnudada su poca condición humana”.

Desde fuera del Gobierno también se alzaron voces de rechazo. El exministro del Interior Juan Fernando Cristo afirmó que el hecho de que Leyva esté vinculado a esta supuesta trama es “peligroso y decepcionante”. “Todos los colombianos debemos rechazar cualquier intento de afectar el periodo institucional del presidente Petro”, escribió Cristo.

Por su parte, la periodista y aspirante presidencial Vicky Dávila, mencionada en la investigación de El País como presunta “interlocutora válida” en Colombia, se desligó de cualquier participación en estos contactos. “No tengo nada qué ver con estas ideas del excanciller Álvaro Leyva que menciona El País. No estoy de acuerdo con que tumben a Petro, siempre lo he dicho, en público y en privado”, aseguró. Dávila aclaró que su intención política es competir en las urnas. “Lo que sí pienso, y en lo que sí estoy trabajando, es en derrotar a la izquierda dañina democráticamente el 31 de mayo de 2026”.

En tanto, la vicepresidenta Francia Márquez negó haber participado en ningún complot para intentar sacar del poder al presidente Gustavo Petro, tal y como sugirió el excanciller Álvaro Leyva en Estados Unidos.

“No existe la posibilidad de que me preste para conspiraciones. No me mueve el resentimiento ni la conveniencia, y a quienes creen que podrán utilizarme como instrumento de sus ambiciones, les digo: están profundamente equivocados”, expresó Márquez en un comunicado.

El exsenador Humberto de la Calle, quien fue vicepresidente durante el gobierno de Ernesto Samper y jefe negociador de paz en La Habana, consideró que las acusaciones son “muy graves” y que deben ser objeto de rechazo unánime. “Una cosa es la crítica y otra la conspiración. El periodo de Gustavo Petro es intocable”, señaló.

Leyva, de 81 años, fue suspendido de la Cancillería en 2024 por la Procuraduría General de la Nación, que investiga su responsabilidad en presuntas irregularidades en la contratación para la expedición de pasaportes. Desde entonces, ha divulgado varias cartas públicas en las que acusa al presidente Petro de padecer supuestos problemas de adicción. De acuerdo con la investigación de El País, el excanciller consideraba que estas afirmaciones serían el primer paso para debilitar al Gobierno y abrir camino a un cambio de poder.

Hasta el momento, Álvaro Leyva no se ha pronunciado sobre la denuncia publicada en medios internacionales, mientras sectores del oficialismo y la oposición piden aclarar la veracidad de los señalamientos y sus eventuales consecuencias jurídicas y políticas.