La adquisición del actual presidente de Ecopetrol, Ricardo Roa, de un apartamento a una empresa vinculada a un reconocido empresario petrolero antes de asumir el cargo ha desatado polémica y suscitado llamados a investigar posibles conflictos de intereses.

Ricardo Roa compró la residencia actual a Princeton International Holdings LTs, representada por el empresario petrolero venezolano Serafino Iacono. La mencionada compañía tiene su sede en las Islas Vírgenes Británicas, consideradas un paraíso fiscal.

Iacono, quien actualmente se desempeña como director ejecutivo de NG Energy International Corp., es accionista de un pozo petrolero que previamente había firmado un acuerdo con una filial de Ecopetrol antes de que Roa asumiera la presidencia.

Ante este escenario, congresistas han instado a realizar investigaciones exhaustivas para determinar la posible existencia de conflictos de intereses en la transacción. La vinculación de Iacono con un proyecto petrolero relacionado con Ecopetrol antes de la llegada de Roa ha levantado sospechas sobre la transparencia en la gestión de la compañía.

En respuesta a las crecientes críticas, Ricardo Roa ha defendido la transparencia de la operación, asegurando que la compra se realizó directamente con el representante legal de Princeton International Holdings LTs y no con el empresario petrolero Serafino Iacono.

Sin embargo, algunos sectores cuestionan la ausencia de consecuencias frente a este caso y otros episodios que involucran al presidente de Ecopetrol. La falta de medidas disciplinarias ha generado debates sobre la rendición de cuentas y la necesidad de examinar a fondo las prácticas éticas en la administración de la empresa estatal.