El próximo 20 de enero, Estados Unidos será escenario de la ceremonia de posesión de Donald Trump como presidente, evento que estará marcado por la exclusividad hacia políticos con ideologías conservadoras. Esta decisión ha generado tensiones diplomáticas con países como Colombia, cuyo gobierno, encabezado por Gustavo Petro, expresó su descontento tras no recibir una invitación oficial.

El mandatario colombiano calificó la decisión como contraria a la búsqueda de unificación en el continente. A través de su cuenta en X, Petro manifestó su preocupación por la exclusión de representantes con posturas diversas y advirtió sobre los riesgos de imponer agendas ideológicas unilaterales en la región.

“América Latina no es solo diversidad, sino soledad, y esa soledad debe terminar. No dialogar, reconociendo la diversidad latinoamericana, es la mejor manera de perder un continente”, afirmó Petro en su mensaje dirigido a Trump.

La postura del presidente Petro podría complicar la relación entre ambas naciones, especialmente en un contexto en el que Trump ha anunciado medidas como la deportación de migrantes latinoamericanos. Estas políticas generan inquietud en Colombia, un país que mantiene vínculos históricos y económicos significativos con Estados Unidos.

Petro, además, aprovechó la ocasión para felicitar al expresidente Joe Biden por la reciente decisión de retirar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, subrayando la importancia de un enfoque más inclusivo en las relaciones hemisféricas.

La decisión de Trump de limitar la ceremonia a políticos de derecha ha sido interpretada como un intento de consolidar su base ideológica, excluyendo a actores progresistas de la región. Este enfoque ha sido visto como un desafío para los esfuerzos de integración en América Latina, donde las relaciones multilaterales dependen de un delicado equilibrio entre diferentes posturas políticas.

Con la ceremonia a pocos días de realizarse, queda por ver cómo esta exclusión impactará las dinámicas diplomáticas entre Colombia y Estados Unidos. La gestión de estas tensiones será clave para determinar el futuro de la cooperación bilateral en temas como comercio, migración y seguridad en el continente.