El presidente Gustavo Petro ha maifestado su preocupación ante lo que considera una serie de acciones coordinadas para socavar la autoridad presidencial, en respuesta a una reciente queja anónima presentada ante la Procuraduría contra el director de la UIAF, Luis Eduardo Llinás Chica.

La queja busca la investigación y posible suspensión de Llinás Chica por haber proporcionado al presidente Petro un informe sobre el software espía ‘Pegasus’. Este hecho ha desencadenado una fuerte reacción por parte del mandatario, quien ve en estas acciones un patrón más amplio de obstaculización a su gobierno.

El jefe de Estado enumera una serie de precedentes que, según su perspectiva, evidencian un esfuerzo sistemático para limitar sus facultades presidenciales:

1. Fallos de desacato sin precedentes contra un presidente
2. Restricción de competencias constitucionales en servicios públicos
3. Desafuero que considera inconstitucional
4. Intentos de impedir el flujo de información crítica sobre seguridad nacional

El mandatario sugiere que existe una resistencia significativa a su presidencia progresista, argumentando que “para algunos, la democracia son solo palabras vacías”, en referencia a sectores que, en su opinión, no aceptan el resultado electoral que lo llevó al poder.

Las tensiones entre diferentes ramas del poder público se han intensificado, especialmente en áreas clave como la CREG y el Consejo Nacional Electoral, donde el mandatario ha enfrentado obstáculos para sus iniciativas y nombramientos.