El presidente Gustavo Petro generó controversia tras su alocución del 15 de julio y posterior consejo de ministros, donde no solo anunció cambios en su gabinete, sino que lanzó una frase que encendió el debate nacional: “A mí nadie que sea negro me dice que hay que excluir actor porno que creó un sindicato de trabajadores en París”. El comentario fue interpretado como una respuesta directa a la vicepresidenta Francia Márquez, quien habría expresado reparos frente a los nombramientos en el Ministerio de Igualdad.

La afirmación del mandatario se dio en medio de la defensa a la designación de Amaranta Hank (Alejandra Omaña), exactriz de entretenimiento para adultos y activista por los derechos sexuales, así como del viceministro Juan Carlos Florián Silva, cercano a movimientos de inclusión y diversidad. Petro cuestionó que dentro de un gobierno que promueve la igualdad existieran posturas que considerara excluyentes.

Según fuentes cercanas al Ejecutivo, Márquez habría amenazado con renunciar si se concretaba el ingreso de Hank al Ministerio de Igualdad, cartera que dirigió hasta hace pocos meses. El presidente calificó esa oposición como contradictoria con los principios del proyecto político que lideran juntos desde 2022.

Murillo: “Es inaceptable racializar el discurso”

El exembajador en Washington y excanciller, Luis Gilberto Murillo, hoy aspirante presidencial, reaccionó con dureza a las palabras del jefe de Estado. Durante un encuentro con la comunidad colombiana en Houston, Estados Unidos, Murillo aseguró que el comentario del presidente Petro constituye un retroceso en la lucha por la inclusión.

“Hablando con franqueza, que no se diga que no acepto que un negro me diga tal y tal cosa, porque es racializar el discurso en Colombia, cuando en la NASA me dicen que estamos pensando en cómo la raza humana puede salir a la conquista interplanetaria”, afirmó Murillo.

El candidato agregó que estas expresiones son aún más graves cuando provienen del primer mandatario: “Menos cuando eso se dice desde el presidente, es inaceptable, porque nosotros tenemos que avanzar hacia una nación incluyente”.

 Un debate que toca la agenda política

Las declaraciones del presidente han reavivado las tensiones al interior del Gobierno y entre sus aliados, en un momento clave de cara a la recta final del mandato y a las elecciones presidenciales de 2026. Analistas señalan que la polémica expone la fragilidad en la relación entre Petro y Márquez, marcada por diferencias en la implementación de políticas de igualdad y representación étnica.

Por ahora, el mandatario mantiene firme la idea de respaldar nombramientos que, según él, representan la diversidad y los derechos de sectores históricamente excluidos. Sin embargo, la controversia sigue escalando, sumando nuevas voces críticas como la de Murillo, quien insistió en la necesidad de evitar discursos que, en lugar de cerrar brechas, profundicen divisiones raciales y políticas.