Los irreparables desencuentros entre Ingrid Betancourt y Piedad Córdoba
Por: Maria José Salcedo
22 enero, 2024
A dos días de la muerte de la política Piedad Córdoba siguen conociendose reacciones de las personas cuyas vidas se vieron marcadas por la acción o inacción de la senadora.
En donde más se ha excarbado es en las sensaciones que ha dejado este deceso en la excandidata presidencial Ingrid Betancourt, quien ha dejado claro que entre ambas hubo irreparables desencuentros, especialmente tras el episodio de su secuestro a manos de las FARC, que se prolongó por seis años y medio.
La conexión entre estas dos figuras clave en la política colombiana se vio fuertemente afectada por las perturbadoras revelaciones de los computadores de Raúl Reyes, que sugerían que Córdoba se beneficiaba de las negociaciones relacionadas con los secuestrados por las FARC.
Ingrid contó que antes del secuestro que marcó su vida, ambas políticas compartían una cercanía. Sin embargo, la esperanza de que Córdoba abogara por su liberación se desvaneció rápidamente en medio de la decepción. Durante su cautiverio, Betancourt esperaba el apoyo de Córdoba, dada su relación con las FARC, pero este apoyo nunca llegó, dejando un amargo sabor de desconfianza.
Las revelaciones de los computadores de Raúl Reyes fueron punto de quiebre. Los mensajes entre Córdoba y las FARC, bajo el pseudónimo “Teodora Bolívar”, sugerían que la política se beneficiaba de las negociaciones por los secuestrados. Este descubrimiento no solo fracturó la relación entre Betancourt y Córdoba, sino que también afectó profundamente a la madre de Betancourt, sembrando las semillas de la desconfianza.
Betancourt recordó cuando Andrés Vásquez, asesor de Piedad Córdoba, le confirmó detalles sobre cómo Córdoba utilizaba a los secuestrados para sus propios intereses. Según Vásquez, la noticia de la liberación de Betancourt sumió a Córdoba en una depresión, ya que veía cómo su poder de negociación se desvanecía.
El desencuentro entre Betancourt y Córdoba dejó como resultado una relación marcada por el odio y disputas legales. Betancourt argumenta que Córdoba veía a los secuestrados como peones en una estrategia de poder, y la liberación de Betancourt le arrebató oportunidades estratégicas.
En sus propias palabras, Betancourt declaró a La W: “La muerte de Piedad es compleja para personas como yo porque conocí cosas que no hubiera querido conocer de ella, pienso que deja un legado de mucha oscuridad”. Esta revelación arroja una sombra sobre la figura de Piedad Córdoba.
La figura de Gustavo Petro también se vio salpicada por Betancourt, quien se manifestó sobre el trino del mandatario tras la muerte de la senadora, en el que escribió que Córdoba “fue una mujer golpeada por una época y una sociedad. Luchó toda su vida madura por una sociedad más democrática”. Sin embargo, Betancourt, en una clara disidencia, calificó el trino como “profundamente hipócrita”, señalando una relación difícil entre ambos, marcada por la falta de afecto.