Un grupo de aproximadamente 70 personas, entre campesinos, indígenas y líderes sociales que conforman el Congreso de los Pueblos, tomaron pacíficamente las instalaciones de la Nunciatura Apostólica en Bogotá, ubicada en la calle 36 con carrera 15, en la localidad de Teusaquillo. Alrededor de 30 indígenas se encuentran al interior del edificio, mientras que otros 40 manifestantes bloquean las calles de acceso.

Según los manifestantes, la toma busca denunciar la “arremetida paramilitar y genocida” en sus territorios y exigir garantías de seguridad al Gobierno Nacional. Afirman que permanecerán en la sede de manera pacífica y la utilizarán como un “refugio humanitario” mientras avanzan las negociaciones.

Dos monjas y un agente de policía que se encontraban en el interior del edificio fueron desalojados por los manifestantes. Hasta el momento, no se han reportado incidentes de violencia, pero la situación sigue siendo monitoreada de cerca por las autoridades competentes.

El Congreso de los Pueblos ha presentado un pliego de peticiones que incluye protección inmediata para los líderes amenazados, la creación de un mecanismo de investigación frente a situaciones de riesgo y la construcción de refugios humanitarios en varias regiones del país.

El ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, se reunió con voceros del Congreso de los Pueblos para revisar sus demandas y coordinar acciones con entidades del Gobierno Nacional para abordar temas humanitarios y de seguridad que afectan a sus territorios.

La toma de la Nunciatura Apostólica ha generado interrupciones en la movilidad y el tráfico en la zona de Teusaquillo, afectando a residentes y transeúntes. Los manifestantes han instalado plásticos y carpas en la sede religiosa, que hará las veces de campamento provisional.