Congresistas buscan revivir el transfuguismo político con nueva reforma constitucional

Por: Elizabeth Montoya

1 octubre, 2024

Senado de la República Foto: Colprensa

Un grupo de más de 50 parlamentarios ha presentado un proyecto de acto legislativo que busca modificar las reglas del juego político en Colombia, permitiendo a los congresistas cambiar de partido sin perder su curul, en una iniciativa que podría transformar significativamente el panorama electoral para 2026.

El proyecto propone modificaciones sustanciales a los artículos 107, 108 y 262 de la Constitución Política:

  1. Movilidad política:
    • Congresistas podrán cambiar de partido manteniendo su curul
    • El plazo para renunciar se extiende hasta un mes antes del inicio de inscripción de candidaturas
  2. Nuevos umbrales para personería jurídica:
    • 3% de votos válidos para Cámara de Representantes
    • 5% para Senado
  3. Regulación de candidaturas:
    • Grupos significativos de ciudadanos limitados a inscribir candidatos hasta un año antes de elecciones
    • Listas no podrán exceder el número de curules disponibles
    • Coaliciones que alcancen el umbral se convertirán automáticamente en partidos políticos

Entre los firmantes destacan Marelen Castillo (LIGA), David Racero (MAIS) y Miguel Polo Polo (curul Afro).Varios de los promotores han expresado su intención de cambiar de partido, como David Racero, quien busca unirse a la Colombia Humana.

La iniciativa presenta una dualidad en su enfoque. Por un lado flexibiliza el cambio de partido para congresistas y, por el otro, endurece requisitos para obtener personería jurídica.

Entre los efectos potenciales estaría la reconfiguración del mapa político para 2026, el fortalecimiento de partidos grandes y la limitación para movimientos ciudadanos independientes.

El transfuguismo político ha sido un tema controvertido en Colombia. Tradicionalmente visto como una práctica que debilita la coherencia ideológica. Defensores argumentan que permite adaptación a cambios políticos, mientras los críticos lo consideran oportunismo electoral.