La inclusión del ministro del Interior, Armando Benedetti, en la lista OFAC del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha generado un giro drástico en su vida financiera, al punto de obligarlo a adoptar mecanismos de pago inusuales para un alto funcionario del Gobierno. Desde la imposición de sanciones, Benedetti ya no puede recibir su salario por medios electrónicos y debe cobrarlo personalmente, en efectivo, a través de un cheque.

El cambio fue revelado por su esposa, Adelina Guerrero, quien explicó que la familia ha vivido días de incertidumbre tras la notificación de EE. UU. Según relató, las sanciones provocaron la cancelación inmediata de las tarjetas bancarias del ministro y, posteriormente, las entidades financieras le comunicaron el cierre de sus cuentas. Ante esta situación, el Gobierno se vio obligado a pagarle su salario de manera manual.

“Creo que es a través de un cheque. Toca ir al banco y que se lo entreguen en efectivo”, dijo Guerrero, asegurando que esta modalidad es la única que no entra en conflicto con las restricciones impuestas por las empresas estadounidenses como Visa y Mastercard, que deben acatar las directrices de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC).

La esposa del ministro confesó que el golpe emocional ha sido fuerte. “Estuvimos varios días en shock. Para mí, la lista Clinton siempre había incluido narcotraficantes. Terminar al lado de personas vinculadas con el narcotráfico es muy duro”, afirmó. Sin embargo, enfatizó que, más allá de lo simbólico, las sanciones han tenido efectos concretos en la economía familiar.

La inclusión de Benedetti no ha sido un hecho aislado. En la misma lista también aparecen el presidente Gustavo Petro, su hijo Nicolás Petro y la primera dama, Verónica Alcocer. Este escenario ha provocado dificultades en diferentes áreas del Gobierno. Petro denunció que Alcocer no ha podido regresar al país y que el mantenimiento del helicóptero presidencial fue suspendido por una empresa italiana que está obligada a respetar las sanciones estadounidenses.

Benedetti, por su parte, ha reconocido públicamente la carga que implica esta situación. El ministro afirmó que “se le vino el mundo encima” y que quienes lo critican “por primera vez pueden cantar victoria”, al referirse a las consecuencias inmediatas que ha tenido la decisión del Departamento del Tesoro sobre su vida cotidiana.

Las sanciones de la OFAC suelen aplicarse a individuos o entidades vinculadas con lavado de activos, terrorismo o narcotráfico. Sus efectos son de amplio alcance: congelamiento de activos, cierre de productos financieros, imposibilidad de usar bancos que operen con el sistema estadounidense y veto en redes de pago internacionales.

Aunque la familia asegura que no han tenido problemas para realizar compras básicas, reconocen que el día a día se ha vuelto más complejo debido a las restricciones. “Ya hemos sentido el impacto en todo lo transaccional”, dijo Guerrero, dejando entrever que aún desconocen la totalidad de las implicaciones que conlleva la presencia del ministro en esta lista.