Laura Sarabia, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre) y una de las personas más cercanas al presidente Gustavo Petro, enfrenta crecientes tensiones en su posición. Fuentes del entorno político de Sarabia indican que la funcionaria está agotada por las divisiones internas en el gabinete ministerial, que atraviesa por su cuarto remezón ante la insatisfacción de Petro con los resultados de varias carteras clave.

Sarabia, quien tiene acceso directo a Petro y funge como enlace crucial entre el gobierno y el sector empresarial, enfrenta dificultades para mantener el liderazgo en un gabinete fragmentado. La falta de una figura que coordine efectivamente las acciones ministeriales ha llevado a tensiones visibles. Uno de los principales focos de disputa ha sido su relación con el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo. Aunque ambos comparten estilos políticos similares, no han logrado una conexión fluida. La rivalidad entre ellos se intensificó en torno al liderazgo del “acuerdo nacional”, un proyecto con el cual cada uno busca contribuir a la cohesión gubernamental.

En el entorno de Cristo consideran a Sarabia como una posible aliada para fortalecer las conversaciones con el sector privado, pero reconocen que no se ha logrado la relación estrecha que ambos funcionarios desearían. Las divisiones dentro del gabinete también incluyen choques entre otros altos funcionarios, como el enfrentamiento entre Cristo y Alexander López, director de Planeación Nacional, en torno a la reforma del Sistema General de Participaciones (SGP), lo cual ha complicado la cohesión en el equipo de gobierno.

El valor estratégico de Sarabia para el gobierno

A pesar de los roces y tensiones, Sarabia ha mantenido un perfil destacado por su lealtad y eficiencia en la ejecución de las directrices de Petro. Su capacidad para adaptarse a instrucciones repentinas, junto con sus habilidades para gestionar relaciones con políticos, empresarios y medios, han consolidado su papel como figura clave en la administración. Este vínculo cercano con Petro le ha permitido, hasta el momento, sortear presiones internas y rumores sobre su eventual salida.

Sin embargo, el desgaste en la relación de Sarabia con otros miembros del gabinete y los retos derivados de la división interna abren interrogantes sobre su permanencia. Fuentes del alto gobierno mencionan que una posible salida de Sarabia sería compleja, ya que ella posee información delicada sobre la campaña presidencial de Petro en 2022. Esto incluye detalles que podrían ser comprometedores, como dejó entrever el embajador Armando Benedetti, quien afirmó en conversaciones previas que la campaña involucró acciones de riesgo.

Dado el rol que Sarabia desempeña y la información sensible que podría poseer, su salida del Dapre requeriría de una estrategia cuidadosa para evitar mayores conflictos. Según algunas fuentes, el alto gobierno baraja opciones como ofrecerle un puesto en el servicio exterior, aunque esta decisión también presenta desafíos y requiere considerar su ubicación.