Tras los recientes hechos violentos e intimidaciones registrados en el municipio de Jamundí, el arzobispo de Cali, monseñor Luis Fernando Rodríguez, ha alzado su voz para hacer un contundente llamado a la reflexión a las disidencias de las FARC, especialmente al frente Jaime Martínez, que opera en esa zona.

El líder de la Iglesia Católica en el Valle del Cauca manifestó que la única alternativa para lograr resultados contundentes es el diálogo, si de verdad desean llegar a un acuerdo con el Gobierno nacional. En sus palabras, el arzobispo instó a estos grupos armados a “tener un corazón de carne” y a sentir el dolor que le producen a la comunidad como propio.

“Los llamamos a que tengan un corazón de carne, es decir, que sientan el dolor que le producen al otro como propio. Y reconozcan que si quieren alcanzar los propósitos que dicen tener, partan del diálogo, partan del respeto del otro, y seguramente caminando juntos vamos a alcanzar la solución que tanto esperamos, desarmen sus corazones”, señaló monseñor Rodríguez.

Este es el tercer pronunciamiento que el arzobispo de Cali hace en el marco de la violencia y las alteraciones del orden público en el suroccidente colombiano. Los dos anteriores iban dirigidos al Gobierno nacional, instándolo a tomar medidas de protección para las comunidades vulnerables.

En esta ocasión, monseñor Rodríguez se dirige directamente a las disidencias de alias ‘Iván Mordisco’, líder del frente Jaime Martínez, uno de los grupos armados que opera en la región y que ha sido señalado como responsable de los recientes actos de intimidación y violencia en Jamundí.

Con un tono conciliador pero firme, el arzobispo de Cali hace un llamado a “desarmar los corazones” y a comprender que solo a través del diálogo y el respeto mutuo se podrá alcanzar una solución duradera a este conflicto que tanto daño ha causado a las comunidades locales.

“Si quieren alcanzar los propósitos que dicen tener, partan del diálogo, partan del respeto del otro, y seguramente caminando juntos vamos a alcanzar la solución que tanto esperamos”, enfatizó monseñor Rodríguez, extendiendo una mano conciliadora pero advirtiendo que la violencia solo traerá más sufrimiento.