Un nuevo enfrentamiento en el corazón del Gobierno de Gustavo Petro volvió a exponer las tensiones internas de un gabinete a menos de ocho meses de terminar su mandato. Esta vez, los protagonistas son dos de sus funcionarios más cercanos: Angie Rodríguez, directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), y Carlos Carrillo, director de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (UNGRD). La disputa gira en torno al manejo del Fondo de Adaptación, una entidad históricamente técnica, pero que hoy representa millonarios recursos clave para los proyectos de recuperación en zonas afectadas por emergencias climáticas.

La controversia estalló luego de que Rodríguez, recientemente encargada por Petro como gerente del Fondo, denunciara presuntas irregularidades en contratos por más de $132.600 millones, muchos de ellos estructurados o adjudicados durante la gestión de Carrillo. Durante una inusual rueda de prensa desde la Casa de Nariño, la funcionaria afirmó que el organismo presenta una ejecución presupuestal de apenas el 3 % desde 2023, pese a contar con $1,1 billones para obras en La Mojana, una región golpeada por graves inundaciones.

Señalamientos por contratos y baja ejecución

Rodríguez aseguró que cuatro contratos emblemáticos —Ruta del Arroz, Investigación Hidrodinámica, Senderos para la Paz y la aplicación MojanIA— presentan alertas por falta de ejecución, presuntas falencias de transparencia o contratación directa cuestionada. Tres de ellos, dijo, fueron estructurados en la administración de Carrillo.

Según la directora del DAPRE, la Oficina de Control Interno había emitido advertencias sobre estas iniciativas, pero no habrían sido atendidas. “Es un dato escalofriante que tenga que manifestarse: hay una ejecución del 3 %”, afirmó. También denunció que, pese al bajo avance, la entidad habría incrementado la contratación de personal.

Carrillo responde: “Yo advertí esos riesgos”

Carrillo replicó que los contratos mencionados “no son ninguna revelación” y que fueron denunciados por su propia administración ante los organismos de control. Aseguró que la rueda de prensa de Rodríguez fue una “puesta en escena” que no tuvo en cuenta su informe de gestión y señaló directamente a Katherin Rojas —a quien identificó como figura cercana a Armando Benedetti— como el origen de las acusaciones.

El director de la UNGRD sostuvo que el Fondo ya había sido “capturado por cuotas políticas” y reiteró que denunció a tiempo los riesgos en proyectos como MojanIA y Ruta del Arroz, que —según él— venían estructurados desde la gerencia anterior. Sobre el contrato de Investigación Hidrodinámica, dijo que se declaró desierto por alertas de presunto favorecimiento a un oferente.

Un fortín político y un gabinete en tensión

Las declaraciones de Carrillo se alinean con revelaciones previas sobre la influencia política en el Fondo de Adaptación, señalada por portales como La Silla Vacía, que afirmaban que la entidad había sido cooptada como cuota de congresistas cercanos al exembajador Benedetti.

En medio de la disputa, Benedetti respaldó públicamente a Rodríguez, afirmando que la funcionaria presentó “pruebas contundentes de malos manejos e ineficiencia” en la gestión del Fondo. El episodio ocurre tras las versiones que apuntaban a la posible salida de Rodríguez del gabinete por presunta injerencia en decisiones de otros ministerios, un pulso que terminó inclinándose a su favor.

¿Una nueva fractura en el círculo más cercano de Petro?

El choque entre Rodríguez y Carrillo refleja el desgaste creciente dentro del primer anillo presidencial, que enfrenta simultáneamente cuestionamientos por resultados, escándalos internos y tensiones políticas. Para algunos sectores, el enfrentamiento podría profundizar la crisis de cohesión en el Gobierno en la recta final del mandato.

Mientras Carrillo insiste en que las “intrigas palaciegas” están desviando la atención de la misión técnica de la entidad, Rodríguez sostiene que el Fondo presenta rezagos críticos y presuntas irregularidades que deben ser investigadas.

El resultado: un nuevo episodio que evidencia las fracturas internas del petrismo en un momento políticamente sensible.