En la Catedral Primada de Bogotá, María Claudia Tarazona ofreció un conmovedor homenaje a su esposo, el senador Miguel Uribe Turbay, durante la misa exequial celebrada este miércoles. Acompañada de sus hijos María, Emilia, Isabella y el pequeño Alejandro, la viuda del precandidato presidencial dirigió unas palabras que reflejaron tanto el dolor de la pérdida como la fortaleza para continuar adelante.

Tarazona describió a su esposo como “un ser humano excepcional” y destacó sus cualidades como político y padre de familia. “La fuerza y la entereza con la que trabajabas sin descanso por construir un país mejor. Tu disciplina, tu fortaleza, tu templanza, tu determinación son inigualables”, expresó durante su intervención en la ceremonia religiosa.

La esposa del fallecido senador enfatizó que “no hay otro político ni ser humano como tú” y aseguró que “Colombia hoy se priva de un ser superior, excepcional, el que sin duda hubiera cambiado la historia de Colombia para siempre”.

Durante su discurso, Tarazona recordó los 64 días que Miguel Uribe permaneció en cuidados intensivos en la Fundación Santa Fe, tras el atentado sufrido el pasado 7 de junio. “Como él solo lo hubiera podido hacer, como un titán, como un guerrero”, manifestó.

La viuda agradeció públicamente al equipo médico que atendió a su esposo, mencionando específicamente a los doctores Hakim, Carrizoza, Ordóñez, Salamanca, Almanza y Reyes, entre otros profesionales que “lucharon a su altura” durante el tratamiento.

En uno de los momentos más emotivos de su intervención, Tarazona se comprometió a criar a sus hijos siguiendo los valores que Miguel Uribe defendía. “Cumpliré mi promesa de darle a Alejandro y las niñas una vida llena de amor y de felicidad. Sin odio y sin rencores. Solo así se puede vivir como tú quisieras que lo hiciéramos”, declaró.

Tarazona reveló que uno de los mayores anhelos de su esposo era evitar que sus hijos vivieran la violencia que él experimentó a los cuatro años cuando perdió a su madre, la periodista Diana Turbay. “Miguel fue un soñador, pero no uno cualquiera, porque luchaba incansablemente por cumplir sus sueños. El más importante, que Alejandro y las niñas no vivieran jamás lo que él tuvo que vivir”, expresó.

Su discurso culminó con una promesa de amor eterno: “Miguel, te voy a amar cada día de mi vida hasta que llegue mi momento de encontrarme contigo en el cielo. Esposo mío, mi vida entera, amor lindo, gracias por tu vida, por tu amor y por tu sacrificio por Colombia. Te amaré por el resto de mi vida”.

Con información de wradio y caracol radio