Los gremios de taxistas, conductores de plataformas de transporte y motociclistas acordaron no recurrir a bloqueos viales ni actos de agresión para manifestar sus diferencias. Este pacto fue alcanzado en una mesa de diálogo convocada por la Secretaría de Gobierno de Bogotá y contó con la participación de 30 representantes de los sectores involucrados.

Uno de los principales compromisos adquiridos fue el “gran pacto por la no agresión”, en el que todos los actores se comprometieron a privilegiar el diálogo y evitar enfrentamientos entre taxistas, motociclistas y conductores de aplicaciones como Uber, Didi, Cabify, entre otras.

“Ninguna persona particular puede participar en un operativo de control de tránsito. Solo las autoridades de tránsito tienen la facultad para detener un vehículo y realizar el procedimiento acorde a la norma”, subrayaron la Secretaría de Movilidad y la Seccional de Tránsito y Transporte.

Los acuerdos específicos incluyeron el compromiso de los gremios de taxis Imperial y Aeropuerto de no fomentar controles por cuenta propia para bajar pasajeros de vehículos de plataforma. Por su parte, los conductores afiliados a las aplicaciones Alfa, Picaminosos y ConduApp se comprometieron a no generar bloqueos.

La Defensoría del Pueblo se sumó al pacto y se comprometió a acompañar futuras mesas de diálogo entre las partes involucradas.

Además, las autoridades de tránsito se comprometieron a revisar el modelo de estandarización y protocolo para la aplicación de la infracción D12, que prohíbe que un conductor use su licencia para un servicio diferente sin autorización. Este punto ha sido objeto de controversia entre taxistas y conductores de plataformas.

El acuerdo busca conjurar la posibilidad de nuevos bloqueos en la avenida El Dorado, cerca al Aeropuerto Internacional El Dorado, escenario de recientes protestas y enfrentamientos entre taxistas y conductores de aplicaciones.

Tanto las autoridades distritales como los gremios destacaron la importancia de este pacto para garantizar la movilidad y la convivencia en las vías de Bogotá, dejando de lado las vías de hecho y privilegiando el diálogo para solucionar las diferencias existentes en torno a la prestación del servicio de transporte en la capital.