Los líderes de las instituciones de educación superior pública de Colombia han alzado su voz de alarma ante la creciente crisis financiera que enfrentan sus centros educativos. En un encuentro realizado en Riohacha, La Guajira, los rectores de 34 universidades públicas del país se reunieron con representantes del Gobierno Nacional para discutir la apremiante situación.

Carlos Robles Julio, rector de la Universidad de La Guajira (Uniguajira), ejemplificó la problemática: “Tienen más dificultades las universidades de provincia, como la Universidad de La Guajira, una universidad que viene creciendo, buscando una extensión de cobertura pertinente con una nueva oferta académica que responda a las necesidades, y para eso se necesitan recursos”.

El séptimo encuentro de gestión universitaria sirvió como escenario para que los rectores expresaran su preocupación por el desequilibrio entre el aumento de la matrícula estudiantil y los limitados recursos disponibles. El viceministro de Educación Superior, Ricardo Moreno, reconoció la magnitud del problema: “Tenemos un total de 34 universidades públicas en el país. Muchas de ellas, año a año, aprueban sus presupuestos obligadas a buscar recursos a través de la extensión, a través de proyectos que generan recursos propios, pero necesitamos financiamiento de base”.

Moreno admitió que existen dificultades en varias regiones donde las instituciones no han podido absorber la demanda de miles de jóvenes bachilleres que buscan acceder a la educación superior. Esta situación pone de manifiesto la urgente necesidad de una solución estructural al financiamiento de las universidades públicas.

Los rectores también hicieron un llamado a las autoridades locales y regionales para que se sumen al esfuerzo de financiar la educación pública. Enfatizaron la importancia de un compromiso conjunto entre el gobierno nacional, las gobernaciones y las alcaldías para garantizar una educación superior accesible y de calidad.

Esta crisis financiera no solo amenaza la calidad de la educación ofrecida, sino también la capacidad de las universidades para expandir su oferta académica y responder a las necesidades cambiantes del mercado laboral y la sociedad. La búsqueda de una solución sostenible se perfila como uno de los desafíos más urgentes para el sector educativo colombiano en los próximos años.