En el caso de la pirámide ganadera dirigida por Felipe Rocha, la liquidadora Mónica Macías anunció que los afectado recibirán una compensación del 100%, aunque de manera poco convencional. El plan incluye un pago en efectivo de apenas 680.000 pesos por persona, complementado con la adjudicación de una valiosa propiedad en Sesquilé, actualmente arrendada para cultivo de flores y que genera ingresos mensuales de 40 millones de pesos.

Este esquema de compensación ha generado reacciones mixtas entre los afectados. Mientras algunos ven con buenos ojos la adjudicación de un activo productivo, otros expresan su descontento, prefiriendo una liquidación directa en efectivo sin considerar rentabilidades futuras.

La estrategia propuesta por la liquidadora contempla la creación de una fiducia para administrar los ingresos del arriendo y planificar una eventual venta del predio. Esta decisión busca maximizar el beneficio a largo plazo para las víctimas, aunque no satisface a quienes desean una resolución más inmediata.

El caso ha llamado la atención por involucrar a figuras públicas que invirtieron sumas millonarias, desde 1.000 hasta 4.000 millones de pesos, en el esquema fraudulento de Rocha. Este último enfrenta ahora un proceso penal por el uso indebido de estos fondos para beneficio personal.

Sorprendentemente, dado que el valor de la propiedad en Sesquilé cubre la totalidad de la deuda con los afectados, existe la posibilidad de que Rocha recupere el resto de sus bienes, un aspecto que seguramente generará debate adicional sobre la justicia del proceso.

Según información de la Superintendencia de Sociedades, los activos totales de Rocha ascienden a 30.205 millones de pesos, mientras que la deuda con los 63 afectados suma 15.408 millones.