Aproximadamente 40 de los cerca de 100 militares pertenecientes a la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, que fueron retenidos desde el viernes 9 de agosto en San José del Guaviare, han sido liberados y han retomado sus labores de patrullaje en la zona rural. Sin embargo, la situación sigue siendo tensa, ya que alrededor de 60 uniformados permanecen retenidos por la población civil.

Fuentes militares que detrás de esta compleja situación se encuentra la presión ejercida por las disidencias de las FARC. Según la información obtenida, “estructuras de ‘Calarca’ citaron a varios comerciantes y personas de San José para acordar el pago de dineros por extorsión”. La presencia de las tropas en la zona, en respuesta a esta información, desencadenó una reacción inesperada.

Un portavoz militar explicó: “Instrumentalizan a la gente y los presionan para que no permitan el despliegue de los militares mientras ellos huyen y se esconden”. Esta táctica ha complicado significativamente las operaciones de las fuerzas de seguridad en la región.

En un esfuerzo por resolver la situación, se está llevando a cabo un encuentro crucial entre representantes de las Guardias campesinas, autoridades y funcionarios de organizaciones regionales. “Hace más o menos una hora llegó una comisión allá de autoridades y organizaciones de la región para mediar por la liberación de los soldados”, informaron fuentes del Ejército Nacional a Infobae Colombia.

La retención de los militares por parte de las comunidades locales se atribuye al temor de quedar atrapados en medio de posibles enfrentamientos entre las fuerzas del orden y grupos armados ilegales. Este temor refleja la compleja realidad de seguridad que enfrentan las poblaciones en zonas de conflicto.

Los pelotones afectados estaban desplegados en las veredas Chuapal, Bocas de Caño Cafra, Charcón, Puerto Nuevo y Alto Cachicamo, realizando tareas de estabilización, control y patrullaje perimétrico cuando se produjo la retención.