La regla de los dos minutos: cómo ganar calma y aumentar la productividad en la vida diaria
Por: Maria José Salcedo
22 marzo, 2024
En el constante ritmo acelerado de la vida moderna, nos vemos inmersos en una vorágine de responsabilidades que a menudo nos abruman y nos llevan a postergar tareas que, en realidad, podríamos resolver en cuestión de minutos y así, ganar calma y aumentar la productividad.
David Allen en su libro “Get Things Done” habla sobre la regla de los dos minutos, un enfoque práctico y eficiente para abordar esas pequeñas tareas que se van acumulando y contribuyen al desorden mental. Según un artículo del portal Mujer Hoy, esta metodología establece que si tiene una tarea que puede completar en menos de 2 minutos, tiene que abordarla de inmediato; de lo contrario, anótela en una lista. Este enfoque resulta ideal para manejar eficientemente las pequeñas tareas que, aunque no demandan mucho tiempo, sí consumen energía mental.
Al ocuparnos de las tareas pequeñas de manera inmediata, liberamos espacio mental y energía que de otro modo se desperdiciaría recordando y posponiendo estas actividades. Sin embargo, la regla de los 2 minutos también conlleva sus riesgos. El más importante es la posibilidad de abrumarnos con tareas insignificantes, lo que podría desviar nuestra atención de los objetivos más importantes. Sentirnos satisfechos por completar estas tareas menores puede hacer que descuidemos lo verdaderamente relevante.
No se trata simplemente de hacer todo lo posible en dos minutos, sino de emplear nuestro tiempo en aquello que realmente importa y evitar acumular tareas que podríamos resolver de forma más efectiva.
Beneficios de cumplir con esta regla
La técnica de los 2 minutos ofrece beneficios tanto a corto como a largo plazo, como: libera tu mente, mejora la concentración, impulsa la motivación, aprende a manejar el tiempo, da mayor agilidad en la toma de decisiones, reduce el estrés y aumenta la productividad. También aseguran que cumplir con las tareas rápidas fortalece su autoestima y confianza en sí mismo, ya que puede ver el progreso de manera constante y sin agobios.