El Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (FOMAG) reportó 715 incapacidades médicas relacionadas con problemas de salud mental en docentes del Distrito Capital durante los primeros seis meses de 2025, evidenciando una problemática que trasciende los límites de la capital del país.

La situación no se limita a Bogotá. En Cali, un estudio aplicado a 340 maestros reveló que el 49% de los encuestados presenta afectaciones vinculadas con su bienestar emocional y psicológico, confirmando que se trata de un fenómeno de alcance nacional.

La doctora Ana Milena Isaza, psiquiatra y vocera de Heel Colombia, explicó las implicaciones del estrés prolongado en la salud docente: “El estrés prolongado puede debilitar el sistema inmunológico, alterar el sueño y aumentar el riesgo de trastornos físicos y emocionales”.

La especialista enfatizó la importancia de la detección temprana: “Prestar atención a los síntomas y actuar a tiempo es fundamental para evitar consecuencias graves”.

Los expertos han identificado las principales señales que presentan los docentes afectados por problemas de salud mental:

– Cansancio extremo o dificultad para conciliar el sueño
– Cambios de humor, irritabilidad o ansiedad constante
– Dolores de cabeza, problemas digestivos o palpitaciones
– Sensación de agobio y pérdida de motivación laboral

Los especialistas coinciden en que esta crisis obedece a factores inherentes al ejercicio de la docencia. Entre las principales causas se encuentran la sobrecarga de tareas académicas y administrativas, el exceso de papeleo burocrático, las responsabilidades en formación de valores y el trabajo adicional que los profesores deben realizar fuera del horario escolar.

Esta dinámica genera una pérdida significativa del equilibrio entre la vida laboral, personal y social de los educadores.

Las condiciones dentro del ambiente escolar agravan la situación. La indisciplina estudiantil, el uso problemático de tecnologías por parte de los alumnos, la falta de motivación académica y el alto número de estudiantes por aula incrementan la tensión diaria y dificultan el mantenimiento de un ambiente educativo adecuado.

Los expertos advierten que la combinación de estos factores está provocando un incremento del síndrome de burnout entre los docentes. Este trastorno se caracteriza por tres componentes principales: agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal.

Las consecuencias de esta problemática trascienden el bienestar individual de los maestros. El resultado es un clima laboral deteriorado y un sentimiento creciente de desvalorización y baja autoestima en el cuerpo docente.

Con información de bluradio