Un informe del observatorio Así Vamos en Salud reveló la grave situación financiera que atraviesa el sistema de salud colombiano. Durante el primer trimestre de 2025, 23 Entidades Promotoras de Salud (EPS) registraron un patrimonio neto negativo acumulado de $10,2 billones, cifra que evidencia un deterioro exponencial comparado con los $429.000 millones negativos del mismo período en 2022.

Las EPS reportaron pérdidas por $1 billón en los primeros tres meses de 2025, según los datos recopilados por el observatorio. Los ingresos provenientes de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) resultan insuficientes para cubrir los costos médicos y administrativos, generando una siniestralidad promedio del 102%, superior al punto de equilibrio financiero.

El resultado del ejercicio contable, que contempla ingresos y egresos operacionales y no operacionales, arrojó un saldo negativo de $607.000 millones, profundizando la crisis estructural del sector.

El deterioro de la cartera constituye otro factor crítico en la crisis. Con corte a diciembre de 2024, el valor total de la cartera reportada por las EPS alcanzó $27,6 billones, de los cuales el 91,5% está vencido, es decir, presenta más de 60 días en mora según los parámetros establecidos en la Circular Conjunta No. 30 de 2013.

Esta morosidad generalizada afecta directamente la liquidez de hospitales y clínicas, comprometiendo la continuidad en la prestación de servicios médicos a los usuarios del sistema de salud.

En el régimen contributivo, las EPS reportaron deudas por $19,8 billones, mientras que las Instituciones Prestadoras de Servicios (IPS) informaron cuentas por cobrar por $31,7 billones. Esta disparidad evidencia un desajuste significativo en el flujo de recursos.

Por su parte, en el régimen subsidiado las EPS adeudan $7,7 billones y las IPS reportan cuentas por cobrar por $10,7 billones, manteniendo la tendencia de descuadre financiero entre ambos sectores.

Las entidades bajo intervención estatal concentran el 62% de la cartera vencida y atienden al 57% de los afiliados al sistema. La Nueva EPS encabeza este listado con una deuda total de $10,8 billones, completamente en mora, seguida por Famisanar con obligaciones por $1,3 billones, de las cuales el 80% está vencido.

Bogotá, Valle del Cauca, Antioquia y Santander emergen como las regiones más impactadas por la morosidad, concentrando la mayor demanda de servicios de salud y, consecuentemente, los mayores atrasos en pagos.

Ante este panorama, Así Vamos en Salud formuló una serie de recomendaciones dirigidas a las autoridades del sector. Entre las propuestas principales se destaca la necesidad urgente de activar mecanismos de inyección de liquidez para garantizar el flujo de recursos hacia los prestadores de servicios.

El observatorio también enfatizó la importancia de cumplir con los mandatos de la Corte Constitucional relacionados con el derecho fundamental a la salud, buscando soluciones estructurales que permitan la sostenibilidad del sistema.

Con información de bluradio