Desde este primero de noviembre entra en vigor en Colombia el llamado “impuesto saludable” a los alimentos ultraprocesados, uno de los puntos fuertes y más polémicos de la Reforma Tributaria aprobada en 2022 en el Congreso de la República.

El objetivo de este impuesto es tratar de disminuir el consumo de alimentos que tienen un impacto negativo en la salud porque no aportan mayores nutrientes y, por el contrario, puede inducir a mayor obesidad y diabetes.

El impuesto que comienza a aplicarse será de un 10% en lo que resta de este año, lo que supone un incremento inicial de los costos de estos productos de entre 100 y 200 pesos, mientras que se incrementará un 5% más en 2024 y otro 5% en 2025, para llegar a un 20 por ciento. El mismo se aplicará por una sola vez en el momento en que el productor se lo venda al comercializador, ya sea un supermercado o una tienda de barrio.

¿Cuáles son los alimentos que entran en el espectro del “impuesto saludable”?

En la lista de los alimentos ultraprocesados que experimentarán un incremento en sus costos por cuenta del “impuesto saludable” se encuentran 21 de los 443 que componen la canasta básica alimentaria de los colombianos, muchos de los cuales hacen parte de las loncheras de millones de estudiantes y que son la merienda de los colombianos: galletas, tortas, ponqués, arepas, salchichas, embutidos, chocolatinas, chocolate de mesa, helados, cereales, mermeladas, caramelos, salsas, aderezos, conservas y productos de paquete como chitos, papas fritas, patacones, entre otros.

También quedaron gravadas las gaseosas y jugos, tés, bebidas a base de malta, zumos y néctares de fruta, aguas saborizadas, energizantes y deportivas, cuyo impuesto dependerá del contenido de azúcar.

Hay varios productos dentro de esta línea que no pagarán este impuesto saludable, como es el caso de el pan, las obleas, el salchichón, la mortadela, el arequipe, y el bocadillo.

Según Oliver Pardo, director del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, esta decisión podría haber estado relacionada con el carácter artesanal que supone la elaboración de algunos de estos productos y por el peso relativo que tienen en la canasta de consumo de las personas más vulnerables.

¿Cómo impactará a los tenderos?

Las predicciones de las diferentes organizaciones económicas del país no son alentadoras en torno al impuesto saludable, sobre todo en lo que tiene que ver con las ganancias que representan la venta de estos productos a los tenderos.

Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, explicó que de los ingresos totales de una tienda o panadería, el 16 % proviene de las bebidas azucaradas, mientras que el 16,8 % proviene de ultraprocesados. “Esto quiere decir que los nuevos impuestos gravarán una tercera parte de los ingresos totales de las tiendas”.

Por su parte, Fenaltiendas calcula que el efecto de los impuestos en el primer año generará una disminución mínima de 8 % de los ingresos totales de una tienda. En el mediano plazo de 3 años esta disminución podría poner en riesgo al 25 % de las tiendas y panaderías del país.