El secuestro es uno de los peores flagelos contra la humanidad, una práctica llevada adelante generalmente por grupos criminales, con fines sobre todo extorsivos (cuando se exige dinero por la liberación), razón por la que cual este delito ha llegado a constituirse en una ‘empresa’, aún a costa del dolor, sufrimiento y angustia no sólo del secuestrado, sino de quienes conforman su entorno más cercano, familia y amigos.

Lo sucedido con el padre del futbolista Luis Díaz es una muestra que este delito no ha caducado en Colombia y por lo mediático, llegó a revivir recuerdos y sensaciones de las peores épocas en el país.

En Colombia el secuestro ha sido una práctica común desde el surgimiento de los grupos guerrilleros, paramilitares y organizaciones del narcotráfico, llegando a registrar más de 39.000 víctimas entre 1970 y 2010, según el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Luego de alcanzar picos importantes entre finales de la década de los 90 y principios de los 2000, cuando se llegaron a registrar 3500 casos, la ola de secuestros bajó drásticamente para finales de la segunda década del nuevo milenio, pues para finales de 2018 se contaban 170 casos, mientras que en 2019 se contaron 109.

No obstante, desde 2020 la curva del secuestro ha vuelto a entrar en modo ascenso. Al cierre de este periodo -año de pandemia- según cifras del Ministerio de Defensa, se registraron 122 secuestros; al cierre de 2021 llegaron a 132.

La llegada de Gustavo Petro y la puesta en marcha de su política de Paz Total no ha logrado frenar las cifras. Desde agosto pasado, el propio ministro de Defensa, Iván Velásquez Gómez, durante la rendición de cuentas del primer año del gobierno, venía advirtiendo sobre el aumento de los casos de secuestro y extorsión en el país y la necesidad de medidas para enfrentar ese flagelo.

Y es que entre enero y septiembre de este año se han reportado 241 secuestros en Colombia, de los cuales 167 estarían asociados a la modalidad extorsiva y 74, a la simple (que se configura solo con la privación de la libertad).

Según las cifras del Ministerio de Defensa, los secuestros se han incrementado considerablemente frente al mismo periodo del año pasado, cuando se reportaron 142, de los cuales 92 fueron extorsivos y 74, simples.

Al tiempo que han subido los secuestros también aumentan los rescates protagonizados por integrantes de la Fuerza Pública. En los primeros nueve meses del año, hay 60 casos registrados, frente a 49 ocurridos en el mismo periodo del año pasado.

En los registros oficiales aparece que este año han muerto en cautiverio seis personas, y el año pasado fueron cinco. Hay reporte de nueve personas liberadas por la presión de las autoridades este año, cuando en el 2022 fueron siete. Igualmente, se señala que 131 fueron liberadas este año y 70 el año pasado. Otras 16 se han fugado en 2023 y en el 2022 fueron ocho.

Fuentes oficiales señalaron que la delincuencia común sería la responsable del mayor número de secuestros del país con más de 60 casos y que el Eln –que avanza en negociaciones de paz con el Gobierno Nacional– estaría asociado a 32 en el territorio nacional, perpetrados especialmente en departamentos como Arauca y Norte de Santander.

Es por eso que tras la liberación del padre del futbolista Luis Díaz, una delegación del Gobierno le pidió a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional que abandone la práctica del secuestro, ya que es un crimen que ultraja cruelmente la dignidad humana, provoca un inmenso sufrimiento a las familias y a sus comunidades.

“La práctica sistemática del secuestro es enemiga de la paz, genera odios difícilmente superables contra sus perpetradores, es un delito continuo (ya que se prolonga más allá del acto mismo de la retención), genera una angustia permanente para el secuestrado y sus seres queridos y un rechazo total por parte de la comunidad nacional e internacional”, expusieron en un comunicado.

En la misma comunicación, la delegación militar también dejó claro que ante el secuestro del padre del futbolista Luis Díaz, ya es hora que esta guerrilla abandone dicha práctica y le exigió la liberación de todos los secuestrados que tiene en su poder.

“Ha llegado el momento de tomar decisiones que eliminen el secuestro, como lo hemos solicitado desde el comienzo de los diálogos. Nuestra delegación exige desde ya, y exigirá en la próxima reunión con la delegación del ELN, que cada una de las personas que esta organización tiene en cautiverio sea liberada en condiciones de seguridad y dignidad de manera inmediata”, sostiene el comunicado.