Desde este lunes 16 de diciembre comienza en Colombia y otros países de tradición católica la novena de aguinaldos, una práctica religiosa que marca oficialmente el inicio de la celebración navideña y se extiende hasta la víspera del nacimiento del Niño Jesús. Aunque se trata de un rito ampliamente difundido y transmitido de generación en generación, cada año persisten dudas entre muchas familias sobre el orden correcto de las oraciones y lecturas.

La novena de aguinaldos se reza durante nueve días consecutivos y rememora el camino espiritual de María y José desde la concepción de Jesús por obra del Espíritu Santo hasta su llegada al portal de Belén. Su estructura busca mantener un orden específico que permite seguir este recorrido de manera coherente y respetuosa con la tradición católica.

El inicio de la novena, como cualquier oración, debe hacerse con la señal de la cruz, pronunciando: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. A partir de allí comienza formalmente la lectura con la denominada oración para todos los días, que es común a las nueve jornadas y establece el sentido espiritual del encuentro.

Posteriormente se continúa con la consideración u oración del día, que varía según la fecha y profundiza en los momentos previos al nacimiento de Jesús, relatando el caminar de José y María, la espera y la preparación para la llegada del Salvador.

El siguiente paso corresponde a la oración a la Santísima Virgen María, acompañada del rezo del Avemaría, como acto de agradecimiento y veneración por su papel en la historia del nacimiento de Cristo. Luego se reza la oración a San José, acompañada del Padrenuestro, reconociendo su papel como protector de la Sagrada Familia.

Uno de los momentos más representativos de la novena son los gozos o aspiraciones para la venida del Niño Jesús. En este espacio se entona el tradicional canto del “Ven, ven, ven”, generalmente acompañado de panderetas, maracas y otros instrumentos, lo que convierte la novena en un encuentro familiar y festivo, especialmente para los niños.

La lectura concluye con la oración al Niño Jesús, seguida del rezo del Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, cerrando así cada jornada de la novena.

El pesebre ocupa un lugar central durante la novena y suele ubicarse como punto de encuentro para la oración familiar. A su alrededor se refuerza el sentido espiritual de la Navidad y se integran cantos tradicionales que acompañan las jornadas.

Entre los villancicos más interpretados durante la novena se encuentran Noche de Paz, Tutaina, Burrito Sabanero, Campana sobre Campana, Los Peces en el Río, El Tamborilero, A la Nanita Nana, Vamos Pastores y Un Bambuquito Le Canto, canciones que refuerzan el ambiente de celebración y unión familiar propio de estas fechas.