El jefe saliente de la delegación colombiana del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Lorenzo Caraffi, ha lanzado una advertencia sobre el empeoramiento de la situación de seguridad en varias regiones de Colombia. En una entrevista concedida a la agencia EFE, Caraffi, quien concluye su misión de cuatro años en el país, ofreció una evaluación preocupante del panorama actual.

“Desafortunadamente Colombia no es un país en posconflicto y desafortunadamente la situación se ha deteriorado en los últimos años”, afirmó Caraffi. El CICR ha identificado ocho conflictos armados activos en el país, tres de los cuales involucran al Estado y cinco entre diversos grupos armados.

Las estadísticas presentadas por el CICR son alarmantes. En los primeros cinco meses de 2024, se registró un aumento del 101% en víctimas de confinamiento comparado con el mismo período de 2023. Además, hubo un incremento del 49% en desplazamientos masivos y un 35% más de víctimas de artefactos explosivos.

Caraffi señaló que, a pesar del acuerdo de paz firmado con las FARC en 2016, otros grupos armados rápidamente ocuparon los territorios abandonados. “Nosotros tenemos el privilegio de estar en el terreno y eso nos permitía decir que había todavía conflictos armados, había todavía consecuencias humanitarias y que a partir del 2018 las consecuencias humanitarias han comenzado a subir”, explicó.

El jefe humanitario hizo un llamado a todas las partes involucradas en los conflictos: “Es una responsabilidad de todos los sectores armados hacer todo lo necesario para reducir este sufrimiento”. También sugirió que se deben pactar medidas concretas para mejorar la situación, afirmando que “es evidente que si se comienza por hablar de todas las medidas necesarias que podrían ser útiles para reducir el sufrimiento, eso tendría un impacto marcado muy positivo para esas comunidades”.

A pesar de los esfuerzos del gobierno de Gustavo Petro para implementar su política de ‘paz total’, incluyendo negociaciones con el ELN y las disidencias de las FARC, Caraffi señaló que los ceses al fuego pactados no han logrado reducir las cifras de violencia.

El CICR continúa desempeñando un papel crucial en Colombia, llegando a territorios inaccesibles para el Estado y prestando servicios esenciales. La confianza en la organización se refleja en el aumento de personas liberadas con su ayuda, pasando de 27 en 2021 a 66 en 2023.

Caraffi concluyó su evaluación con una reflexión sobre la importancia del CICR en Colombia: “Si no estuviéramos, no habría la posibilidad de mitigar las consecuencias de los conflictos armados” como lo hace actualmente esta organización humanitaria.