La escalada de violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC en el departamento de Arauca ha desencadenado una grave crisis humanitaria. Según informes de las Personerías de Puerto Rondón y Tame, al menos 130 personas han sido forzadas a abandonar sus hogares, mientras que otras 15 permanecen desaparecidas.

El general Walter Giraldo, comandante de la Octava División del Ejército Nacional, detalló la compleja situación: “Se han venido registrando movimientos de estas estructuras que han afectado a las comunidades de El Progreso, La Esmeralda, Lejanías y Normandía. Cuando tuvimos conocimiento del posible secuestro de un líder y varias personas, se generaron mecanismos de búsqueda urgente”.

Giraldo enfatizó que las tropas ya se encuentran desplegadas en la zona, con el objetivo primordial de facilitar el retorno seguro de los desplazados a sus hogares.

“Al momento, con Fiscalía se están adelantando las búsquedas; la prioridad es que vuelvan. La información que tenemos es a través de un comunicado de una corporación. En estas zonas sucede que las familias se desplazan de un lado al otro y por eso se generan esas alertas, ningún grupo se ha adjudicado que los tengan, por eso se activó el mecanismo de búsqueda urgente con las Fuerzas Militares con todas sus capacidades (…) Están desaparecidos, no se ha podido tener comunicación con ellos”, detalló.

El comandante también señaló la complejidad de la situación: “No hemos permitido la confrontación directa, pero el ELN está entrando a zonas tradicionalmente controladas por las disidencias de las FARC. Esto genera temor en la población, que se ve constreñida y opta por desplazarse”.

La disputa entre estos grupos armados ilegales se centra en el control de las economías ilícitas de la región, principalmente el narcotráfico y la minería ilegal. Esta lucha por el poder ha dejado a la población civil atrapada en el fuego cruzado.

Las autoridades han convocado un Consejo Extraordinario de Seguridad para abordar la crisis y coordinar esfuerzos entre diferentes entidades estatales. Mientras tanto, la población de Arauca aguarda con ansiedad medidas concretas que garanticen su seguridad y el retorno a la normalidad en sus comunidades.