La capital colombiana enfrenta una creciente preocupación por el desabastecimiento de agua, situación que ha llevado a las autoridades a considerar medidas más estrictas para garantizar el suministro. El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, han abordado la compleja situación que atraviesa la ciudad.

Galán señaló que, a pesar de la disminución en el consumo, se está evaluando la posibilidad de intensificar las restricciones. “Si no cambia la tendencia en los próximos ocho días, tenemos que volver a una restricción que ya no sea día de por medio, sino todos los días con un ciclo que dura nueve días y que cubre nueve zonas determinadas por la forma como funciona el sistema”, explicó el alcalde.

La crisis se ha visto agravada por la escasez de lluvias durante el año en curso. Según Galán, las precipitaciones en enero, febrero y mayo estuvieron por debajo del promedio histórico. Además, en julio, las afluencias en el sistema Chingaza se redujeron en un 60%, tendencia que parece mantenerse en septiembre.

El embalse de Chuza, crucial para el suministro de agua en Bogotá, se encuentra en una situación crítica. La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, advirtió sobre la posible falta de agua en la ciudad si no se toman medidas inmediatas para reducir el consumo y fomentar el ahorro.

Frente a estas declaraciones, tanto Galán como Avendaño defendieron la efectividad de las medidas implementadas hasta ahora. “El racionamiento sí ha funcionado. Hay 18,8 millones de metros cúbicos en Chuza que son producto del racionamiento”, afirmó el alcalde. No obstante, advirtió que la situación de desabastecimiento podría prolongarse hasta 2025, instando a la ciudadanía a realizar un esfuerzo adicional en el ahorro de agua.

Por su parte, Avendaño aseguró que ya se ha logrado la reducción de tres metros cúbicos mencionada por el Ministerio de Ambiente en su rueda de prensa.

Con información de la república