En una ceremonia íntima y bajo las costumbres ancestrales de su comunidad, los cuerpos de cinco niños indígenas yukpa, fallecidos en circunstancias aún sin esclarecer, fueron sepultados en el asentamiento Kchusweye, vereda El Limón, en el municipio de Codazzi, Cesar.

El acto fúnebre, rodeado de dolor y misterio, se llevó a cabo este miércoles bajo total reserva, poniendo fin a una velación que se inició el martes tras la entrega de los cuerpos por parte del Instituto de Medicina Legal de Valledupar a sus familiares.

Eduard Álvarez, sociólogo y asesor jurídico del pueblo yukpa, expresó la incertidumbre que rodea este trágico hecho: “Como el suceso es anormal para ellos debido a cómo ocurrió, están analizando si este será el entierro definitivo o, como se hacía antes, se realizará otra ceremonia definitiva”.

Las víctimas, cinco hermanos indígenas de entre 3 y 15 años de edad, habrían sido presuntamente envenenados por un tercero que ingresó a su territorio el pasado domingo, según las primeras hipótesis.

Mientras tanto, Medicina Legal lleva a cabo un exhaustivo análisis en su laboratorio principal en Bogotá, donde se realizan necropsias para determinar las circunstancias de las muertes y confirmar o descartar las sospechas de envenenamiento y posible abuso sexual.

Una vez obtenidos los resultados de las muestras, estos serán entregados a la Fiscalía General de la Nación, cuyo equipo itinerante del Grupo de Homicidios Colectivos de la delegada para la Seguridad Territorial se encuentra adelantando los actos urgentes e investigaciones correspondientes.

En medio del profundo dolor que embarga a la comunidad indígena yukpa, la búsqueda de respuestas y justicia se convierte en una prioridad. “Esperamos que se haga justicia y se esclarezcan estos hechos tan lamentables”, expresó Álvarez.