Bogotá y Medellín están en el Top 10 del peor tráfico de la región
Por: becquerel
7 julio, 2023
Bogotá y Medellín figuran en el top 10 de las ciudades con peor tráfico en América Latina, según un reciente ranking publicado por Numbeo. Este listado evalúa diversos factores, como el tiempo empleado en el tráfico hacia el trabajo, la insatisfacción con el tiempo consumido, las emisiones de CO2 y las ineficiencias del sistema de transporte.
En las grandes capitales, una de las quejas más persistentes de los ciudadanos es el tiempo que pierden en el tráfico. Además del impacto en la productividad y el tiempo personal, esto conlleva un gasto significativo de gasolina y tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Lamentablemente, este problema no se aleja de Colombia, ya que Bogotá ocupa el cuarto lugar y Medellín el octavo en el ranking de las peores ciudades en términos de tráfico en la región latinoamericana.
El estudio se basó en 197 ciudades principales de todo el mundo, clasificadas en una escala del 0 al 100. Se tuvieron en cuenta aspectos como el tiempo promedio necesario para realizar un trayecto, el tiempo empleado en el tráfico hacia el lugar de trabajo, la satisfacción con el tiempo consumido, las emisiones estimadas de CO2 y las ineficiencias en el sistema de tráfico y transporte en general.
En el ranking general, Bogotá ha empeorado su posición, pasando del puesto número 24 en 2022 al puesto número 20 este año. Sin embargo, Numbeo señala que este cambio se debe a la exclusión de algunas ciudades (41 en total) en la medición de este año. A pesar de esta mejora aparente, los tiempos de desplazamiento en la ciudad no han experimentado una gran mejoría. Por ejemplo, el índice de tiempo fue de 52,10, lo que indica que el tiempo promedio para viajar de un lugar a otro dentro de la ciudad apenas mejoró en un segundo en comparación con el año anterior, cuando fue de 52,2.
Entre otros datos destacados de Bogotá, se observa que solo el 39,6% de los ciudadanos utiliza transporte público, mientras que el 28,7% prefiere su vehículo propio. Además, el 11,9% se desplaza en bicicleta y el 10,9% prefiere caminar. En términos de emisiones de CO2, la capital emite 5.059,88 gramos por trayecto. Estos desplazamientos al trabajo o la escuela generan una emisión anual de 1.214,37 kilos de CO2 por pasajero, lo que requiere la plantación de 55,78 árboles por pasajero para compensarlo adecuadamente.
En cuanto a Medellín, la ciudad pasó del puesto 87 al 89 en el ranking. Se registró una ligera mejora en el índice de tráfico, disminuyendo de 158,4 a 157,44. Al igual que en Bogotá, el tiempo promedio gastado por trayecto se redujo en un segundo. Los ciudadanos de Medellín muestran una preferencia similar en términos de transporte: el 38% utiliza su vehículo propio, el 22% opta por el transporte público, el 16% prefiere caminar y el 10% utiliza el metro. Además, un 14% de los ciudadanos trabaja desde casa. Según el estudio, se emiten 1.191,08 kilos de CO2 por pasajero al año en Medellín, lo que equivale a la necesidad de plantar 54,71 árboles por pasajero para compensar las emisiones.
En la lista de países latinoamericanos con el peor tráfico, encabezan Ciudad de México, Sao Paulo y Río de Janeiro. Según el informe, los tiempos de trayecto en estas tres ciudades oscilan entre los 52,42 y 51,34 minutos, generando un total de 22.659,48 gramos de CO2 por ruta.
A nivel mundial, Lagos (Nigeria), Los Ángeles (EE. UU.) y Colombo (Sri Lanka) ocupan los primeros puestos del ranking de peor tráfico. En estas ciudades, los habitantes pueden pasar entre 1 hora y 1 hora con 7 minutos en el tráfico, generando un total de 30.262,96 gramos de CO2. Los Ángeles es la ciudad que contribuye con casi la mitad de estas emisiones, con 14.364,93 gramos de CO2 por cada trayecto.
En conclusión, el tráfico sigue siendo un desafío importante en las ciudades de Bogotá y Medellín, que se encuentran entre las peores de América Latina en términos de congestión vehicular. Estos datos resaltan la necesidad de implementar soluciones efectivas para mejorar la movilidad, reducir las emisiones de CO2 y fomentar el uso de medios de transporte más sostenibles en estas ciudades.