Andrey Avendaño, comandante del frente 33 de las Farc advierte que “las armas son innegociables”

Por: Redacción Web

7 mayo, 2025

Andrey Avendaño, comandante del frente 33 de las Farc advierte que "las armas son innegociables”

Luego de que el pasado fin de semana se diera a conocer la creación de una Zona de Ubicación Temporal (ZUT) en zona rural de Tibú, Norte de Santander, tras el acuerdo alcanzado por el Gobierno nacional y las disidencias Frente 33 de las Farc, con el fin de comenzar el desescalamiento de la violencia en el Catatumbo, sumido desde el pasado 16 de enero en un duro conflicto entre este grupo y el Eln por el control del territorio, hay muchas dudas sobre la forma cómo se dará este nuevo proceso de paz.

Ante la falta de información por parte del Gobierno, Andrey Avendaño, uno de los líderes de esta conversación habló sobre las condiciones que al menos pone la organización armada que él representa, así como de la postura en el actual contexto de guerra en el Catatumbo y las expectativas con la ZUT.

En una entrevista con La Opinión, Avendaño aclaró que el proceso de preagrupamiento no implica la entrega de armas ni un acto de rendición ante el Estado o el Ejército de Liberación Nacional (Eln). “Las armas no son nuestras; las armas son del pueblo, porque es el pueblo el que las colocó en nuestras manos”, aseguró el líder guerrillero, quien agregó que cualquier decisión sobre el futuro del armamento debe contar con el consentimiento de las comunidades que, según él, apoyan la lucha armada.

En ese sentido, Avendaño descartó la posibilidad de una desmovilización. “Nunca he considerado la posibilidad de desmovilizarme”, sentenció, insistiendo en que el objetivo del Frente 33 es dar el paso hacia un escenario de transformación sin renunciar a sus principios.

Proceso de paz y control territorial en el Catatumbo

Avendaño subrayó que el acuerdo firmado con el Gobierno no pretende replicar la experiencia de las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) establecidas tras los Acuerdos de Paz de 2016. “No queremos repetir esa historia, porque llevaron a la gente allí, la abandonaron y los tiempos para la entrega de las armas fueron relativamente cortos”, indicó.

En lugar de un proceso de desarme, el líder del Frente 33 planteó que las armas sean aseguradas en depósitos bajo supervisión internacional, aunque hasta ahora no se ha definido el protocolo al respecto. “Lo que hemos hablado es de la disposición de las armas: buscar un mecanismo donde se van a asegurar, a guardar, donde van a estar custodiadas por la ONU o por quien se determine”, explicó.

Pese a que el acuerdo solo contempla el traslado del Frente 33, Avendaño dejó abierta la posibilidad de que otros frentes del Bloque Magdalena Medio se sumen a la ZUT en Tibú en una fase posterior, dependiendo del avance del proceso de paz.

Rechaza acusaciones de estar acorralados por el Eln

En respuesta a las versiones que indican que el preagrupamiento del Frente 33 obedece a un supuesto cerco del Eln, Avendaño negó tajantemente tal situación. “Nosotros no hemos estado derrotados y no lo vamos a estar en años. Si lo que se percibe es que estamos totalmente derrotados, mañana podríamos hacer una demostración de que no, pero ¿en qué cambia eso?”, expresó.

Para el comandante guerrillero, la decisión de trasladarse a la ZUT responde a la necesidad de desescalar el conflicto en el Catatumbo, una región históricamente afectada por la violencia armada y el narcotráfico. “Estamos en este proceso porque creemos y queremos generar alternativas para la gente de la región del Catatumbo. Eso no quiere decir que estemos desmoralizados”, afirmó.

Narcotráfico y financiamiento del Frente 33

Avendaño también se refirió al financiamiento de su facción armada, asegurando que el Frente 33 no participa directamente en el narcotráfico, aunque reconoció que han cobrado impuestos a los productores de pasta base de coca en el Catatumbo.

“Los principales financiadores de las insurgencias son los campesinos, porque son ellos quienes trabajan para pagar los impuestos que en este caso van a la guerra. Es contradictorio, pero es la realidad”, explicó.

En ese sentido, el líder guerrillero señaló que, a pesar del acuerdo de preagrupamiento, el Frente 33 mantendrá su estructura armada mientras no se avance en un proceso de transformación socioeconómica en la región. “Nosotros podemos dar el tránsito a otros escenarios, pero no hemos hablado de entrega de armas. Hemos hablado de dejarlas a un lado, de guardarlas”, puntualizó.

¿Qué pasará con el Frente 33?

De acuerdo con Avendaño, la intención del Frente 33 no es renunciar a sus principios ni abandonar la lucha armada, sino explorar nuevos escenarios que permitan a los combatientes integrarse a procesos productivos en la región del Catatumbo.

“Nosotros podemos ser una fuerza que ayude a implementar proyectos agrícolas, ganaderos o de protección ambiental. Queremos ser parte de las soluciones, no del problema”, concluyó.

El traslado del Frente 33 a la ZUT de Tibú está pendiente de la firma del decreto gubernamental que oficialice la medida. En tanto, la incertidumbre sobre el control territorial en el Catatumbo persiste, especialmente en un contexto marcado por la presencia del Eln y otros grupos armados ilegales.