El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha hecho un llamado al Gobierno Nacional para implementar un plan de acción que evite una posible crisis energética en la capital, proyectada para el año 2026. Esta advertencia surge tras un debate de control político en la Comisión Quinta de la Cámara de Representantes, donde se discutieron los trámites de licencias ambientales para proyectos estratégicos.

Galán expresó su preocupación por la demora en la ejecución de los proyectos de transmisión de energía Chivor Norte y Sogamoso, que calificó como esenciales para asegurar el suministro eléctrico de la ciudad. “Los proyectos de transmisión de energía Chivor Norte y Sogamoso son fundamentales para el futuro energético de Bogotá, y su entrada en operación es urgente”, afirmó el alcalde. Actualmente, Bogotá depende de una sola línea de transmisión de alta capacidad, lo que podría poner en riesgo la estabilidad del suministro energético.

La Alcaldía de Bogotá ha señalado que la demanda energética de la ciudad está cerca de alcanzar la capacidad máxima de las redes de transmisión, faltando solo 400 megavatios para llegar al límite. Este aumento se ve agravado por la proyección de nuevos proyectos, como la entrada en operación del Metro y la ampliación de la flota de buses eléctricos de TransMilenio.

Galán apoya la transición energética promovida por el Gobierno Nacional, pero enfatizó la necesidad de grandes proyectos de infraestructura que garanticen el suministro necesario para el crecimiento de Bogotá. “Bogotá necesita grandes proyectos de infraestructura que aseguren el suministro necesario para su crecimiento”, subrayó.

Los proyectos de transmisión de energía Chivor Norte y Sogamoso, que originalmente debieron estar en operación en 2015 y 2017 respectivamente, son cruciales para evitar una crisis en el suministro eléctrico de la ciudad. Sin estos proyectos, el Grupo de Energía de Bogotá no podrá proveer los 37 megavatios adicionales que requerirán el Metro de Bogotá, los buses eléctricos y los cables aéreos proyectados para los próximos años.

El panorama proyectado para el año 2026 es crítico. Sin soluciones inmediatas, la capital enfrentará limitaciones en su capacidad para implementar proyectos de movilidad eléctrica y sostenibilidad, esenciales para reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire.

Además de la posible crisis energética, Bogotá también enfrenta la amenaza de un desabastecimiento de agua proyectado para 2025, según alertó recientemente el Ministerio del Medio Ambiente. La tendencia de consumo actual, si no es controlada, podría llevar a racionamientos de agua en menos de dos años.

Desde el 11 de abril, las autoridades han implementado un plan de racionamiento de agua que, según Galán, ha dado resultados positivos. “El racionamiento sí ha funcionado. Hay 18,8 millones de metros cúbicos en Chuza que son producto del racionamiento”, afirmó el alcalde.