En medio de un contexto marcado por el conflicto armado y los esfuerzos de negociación con grupos insurgentes bajo la política de ‘paz total’, el 2024 cerrará como uno de los años más trágicos para la Fuerza Pública en Colombia. Según un conteo extraoficial basado en reportes de medios y comunidades locales divulgado por el diario El Tiempo, al menos 90 policías y soldados murieron en combate durante este año, sin que el Ejército o la Policía hayan emitido un reporte oficial consolidado sobre las bajas.

Los departamentos de Cauca, Arauca y Norte de Santander destacaron como epicentros de los ataques, muchos de ellos atribuidos al ELN y a disidencias de las FARC. Entre los casos más recientes está el del soldado profesional Jaime Estiben Penna Castillo, asesinado el 27 de diciembre durante operaciones contra las disidencias de alias Iván Mordisco en Cajibío, Cauca.

Otro episodio relevante ocurrió en Puerto Rondón, Arauca, donde el soldado profesional Keyler Ruiz Hernández perdió la vida el 26 de diciembre, en una confrontación con un grupo ilegal aún no identificado. En esa misma región, la Fuerza Pública sufrió varios ataques con explosivos y francotiradores a lo largo del año, estrategias que han dejado un saldo preocupante de muertos y heridos.

La región del Catatumbo, limítrofe con Venezuela, también fue escenario de cruentas agresiones. El ELN utilizó francotiradores y artefactos explosivos para asesinar a varios uniformados, entre ellos el subintendente Ánderson Gómez Posada y el intendente Luis Carlos Bonilla, en ataques dirigidos contra estaciones policiales.

A lo largo del año, la violencia escaló en corredores estratégicos como el Valle-Cauca-Nariño, donde disidencias armadas recurrieron a drones equipados con explosivos para intentar frenar los avances de la Fuerza Pública. Estos dispositivos causaron heridas a al menos 20 uniformados y afectaron a civiles en la zona.

Una tragedia en números

Aunque no hubo un informe oficial consolidado, los datos recabados muestran un incremento en las bajas respecto a años anteriores. En 2023 se registraron 84 integrantes de la Fuerza Pública asesinados; en 2022, fueron 130; y en 2021, la cifra alcanzó los 148.

En cuanto a heridos, el 2024 también mostró un aumento: entre enero y noviembre, 425 policías y soldados resultaron lesionados, un 17 % más que en el mismo periodo de 2023.

La ausencia de un reporte oficial no ha impedido que las familias y comunidades honren a quienes entregaron su vida en cumplimiento del deber. Desde el soldado Jaime Estiben Penna Castillo hasta el patrullero Kevin Alejandro Martínez Robles, sus historias reflejan el sacrificio de quienes, a pesar de las dificultades, trabajaron por proteger a los ciudadanos.

La lista de nombres, aunque incompleta, es un recordatorio de la difícil tarea de los uniformados en medio de un conflicto que aún no termina. “Honor y Gloria por Siempre”, fue la frase con la que el Ejército despidió a muchos de ellos, mientras sus familias y compañeros intentan sobrellevar las pérdidas en un año que deja profundas cicatrices en la seguridad del país.