Las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) enfrentan un momento crucial tras la finalización del cese al fuego bilateral el pasado 3 de agosto. La falta de prórroga del acuerdo ha generado incertidumbre sobre el futuro del proceso de paz.

Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), señaló en una entrevista con Blu Radio que la crisis actual no es nueva, sino una continuación de tensiones previas. El conflicto se agudizó cuando el frente Comuneros del Sur decidió negociar independientemente con autoridades en Nariño, acción que el ELN considera una traición.

Pares destaca la necesidad de que el Gobierno adopte una postura más proactiva en las negociaciones. Bonilla afirma que el ELN ha tomado demasiada iniciativa, mientras el Gobierno ha respondido de manera reactiva, complicando el proceso.

La situación se complica aún más por la lentitud en el cumplimiento de acuerdos previos. Bonilla cita el ejemplo de la Universidad del Catatumbo, prometida hace dos años y aún no construida, como muestra de la ineficacia en la implementación de lo acordado.

Fuentes militares consultadas por La W indican que, sin un nuevo acuerdo de cese al fuego, las Fuerzas Militares reanudarán operaciones ofensivas contra el ELN. Actualmente, solo existe un decreto vigente de cese al fuego con dos bloques y un frente de las Disidencias de las FARC.

El ELN, por su parte, ha puesto condiciones para la extensión del cese al fuego. Exigen ser retirados de la lista de Grupos Armados Organizados (GAOs) y que se reconozca su carácter político. En un comunicado, el grupo armado solicitó una reunión con la delegación del Gobierno para evaluar el cese y decidir sobre su continuidad.

La guerrilla también acusa al Gobierno de incumplimientos que han llevado al “congelamiento” de la mesa de diálogos. Afirman que existe una resolución presidencial que reconoce su carácter político y su condición de organización armada rebelde.

Con información de Blu Radio y wradio