Los golpes a la cúpula del Tren de Aragua en 2024: una ofensiva transnacional contra el crimen organizado
Por: Maria José Salcedo
29 diciembre, 2024
El 2024 cerró con importantes avances en la lucha contra el crimen organizado en Colombia, especialmente con las capturas de Johan Michael García Rojas, alias “Gallina,” y Carlos Gómez Moreno, alias “Bobby,” dos cabecillas de la organización criminal internacional Tren de Aragua. Estas detenciones, junto con la de Erick Manuel Landaeta Hernández, alias “Eryk,” consolidan los esfuerzos de la Fuerza Pública y su cooperación con agencias extranjeras para frenar la expansión de esta red delictiva.
Carlos Gómez Moreno, conocido como “Bobby,” fue arrestado el pasado 6 de diciembre en Los Patios, Norte de Santander. Era señalado de liderar la operación del *Tren de Aragua* en Chile, donde tenía bajo su mando a 120 hombres y enfrentaba cargos por homicidio, secuestro y narcotráfico. Su captura fue resultado de una operación liderada por el Gaula con apoyo de Interpol, durante la cual se incautaron documentos falsificados de varios países.
Menos de dos semanas después, el 17 de diciembre, la Dijín sorprendió en Cali a Johan Michael García Rojas, alias “Gallina,” identificado como el tercero al mando de la organización. Según la Policía, “Gallina” lideraba el tráfico de armas y narcóticos entre Colombia y Venezuela. Al momento de su captura, se hallaron altares de brujería en su vivienda, utilizados para rituales de protección, los cuales resultaron ineficaces frente a la operación policial.
Estas acciones se suman a la detención, en octubre pasado, de Erick Manuel Landaeta Hernández, alias “Eryk,” en Bogotá. Este hombre, con siete años en la capital colombiana, aparentaba ser un organizador de eventos musicales, mientras coordinaba las finanzas de la organización.
Control territorial y amenaza urbana
A pesar de las más de 150 capturas de miembros y aliados del Tren de Aragua en los últimos dos años, la organización aún mantiene control sobre zonas estratégicas en Cúcuta, Bogotá e Ipiales. En estas ciudades, despliega actividades delictivas como narcotráfico, extorsión, sicariato y explotación sexual.
Su expansión, sin embargo, ha sido contenida en otras regiones del país. Aunque se han rastreado actividades delictivas puntuales en Medellín, Bucaramanga y Bello, estas aún no representan un control territorial significativo.
Un agente consultado explicó que en algunos casos, delincuentes comunes venezolanos fingen pertenecer al *Tren de Aragua* para intimidar a sus víctimas, lo que genera una percepción exagerada de su presencia en ciertos lugares.
La clave: cooperación internacional
La cooperación con agencias extranjeras ha sido fundamental para desacelerar la expansión del *Tren de Aragua*. En julio, el Departamento de Estado de Estados Unidos ofreció recompensas de hasta 5 millones de dólares por información que permita capturar a Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias “Niño Guerrero,” líder máximo de la organización.
Además, la creación del Equipo Conjunto Investigativo (ECI) entre las fiscalías de Colombia y Chile marcó un hito en la colaboración transnacional. El primer éxito de esta alianza fue la captura de “Bobby” en diciembre.
Si bien las autoridades han logrado frenar la expansión territorial del *Tren de Aragua* en Colombia, la organización sigue siendo una amenaza seria en las áreas que controla. Las comunidades de Bogotá, Ipiales y Cúcuta enfrentan cotidianamente la violencia y los crímenes de esta estructura, que opera con una combinación de intimidación, alianzas locales y sofisticación transnacional.
Las capturas de “Gallina,” “Bobby” y “Eryk” representan golpes significativos, pero queda mucho por hacer para desarticular completamente esta red delictiva y devolver la tranquilidad a los territorios afectados.