El 29 de agosto de 2001, el asesinato de la fiscal Yolanda Paternina sacudió los cimientos de la justicia en Colombia. Su búsqueda incansable de verdad y justicia la llevó a enfrentarse a los poderosos, exponiendo las conexiones entre políticos y grupos paramilitares en una época marcada por la violencia y la impunidad.

Paternina lideraba la investigación sobre la masacre de El Chengue, Sucre, donde 27 campesinos perdieron la vida a manos de paramilitares. Sus pesquisas revelaron la complicidad de figuras políticas prominentes, como el entonces gobernador de Sucre, Salvador Arana, en estos crímenes.

A pesar de sus esfuerzos por desentrañar la verdad, la vida de Yolanda Paternina fue segada por sicarios, dejando a su familia sumida en el dolor y el miedo. Dos décadas después, sus hijos y nietos viven bajo la sombra de las amenazas, sin encontrar consuelo en la justicia.

Ketty Martínez, hija de Yolanda, ha dedicado su vida a buscar justicia para su madre. Como víctima acreditada en distintas instancias legales, ha luchado incansablemente por exponer la verdad y llevar a los responsables ante la justicia. Sin embargo, se enfrenta a obstáculos y amenazas que ponen en riesgo su vida y la de sus hijos.

El regreso de la exfiscal de Derechos Humanos, Mónica Gaitán, a Colombia abre una nueva esperanza en la búsqueda de justicia. Su conocimiento del caso y su compromiso con la verdad pueden ser cruciales para avanzar en la investigación y esclarecer los hechos detrás del asesinato de Yolanda Paternina.}

“Significa mucho para mí el regreso de la doctora Mónica, ya que aparte de que ella era amiga y compañera de mi madre, ella es conocedora de todo el caso, a quiénes estaban investigando, quiénes tenían responsabilidad en los crímenes y son muy importantes los aportes que ella pueda realizar para esclarecer los hechos”, declaró Katty a El Colombiano.

La lucha de Ketty Martínez y su familia continúa siendo una batalla cuesta arriba. Se enfrentan a la impunidad, la indiferencia del Gobierno y las amenazas constantes que los mantienen en constante temor por sus vidas.

Recientemente el asesinato de Yolanda Paternina fue declarado como de lesa humanidad, esto implica que la Fiscalía General de la Nación, independientemente del tiempo que haya pasado, debe seguir investigando quiénes son los responsables y dar resultados. Por lo tanto, el proceso no se podrá archivar.